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Luego de toda esa aventura, fui muy reconocido aquí en Francia, muchas personas me entrevistaron, y se escribieron artículos de mí.
Me mantuve mucho tiempo con ese dinero ganado, hasta comencé a retomar el arte y la pintura. Ya que soy un adulto, puedo responder a las críticas, o tomarlas y usarlas para mejorar.
Suelo recordar mucho al principito, incluso pienso en él al pintar obras, y creo que he mejorado bastante, pero siempre pienso en que le hubiera gustado a él...
"esto es demasiado complejo, a él le gustaba lo simple", "tiene demasiado color, y mi último dibujo para él fue echo con solo un lápiz y papel", "esto no representa lo que siento, el Principito no lo comprendería", y muchos pensamientos más.
Soy un hombre adulto, que vive del arte, tal como quería de niño...
Gané dinero suficiente con entrevistas y derechos de autor, como para poder mantenerme alimentado y demás, pero pienso que he caído en la soledad, o hasta en la locura... no dejo de pensar en ese niño, tan irritante y a la vez encantador con cada una de sus preguntas, extraño sus historias, y desearía poderlas vivir, y ver con esos ojos infantiles, ingenuos, y celestes como el cielo despejado.
Pienso en si él se acordará de mí, y si habrá vuelto con su amada rosa.

El regreso del Príncipe (Principito 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora