IV

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Vi una bandada de pájaros acercándose, un pequeño recuerdo apareció en mi memoria... ¿sería esta una recreación de la antigua aventura del principito?
Hilos blancos casi indetectables rozaron conmigo, y yo los reuní para sujetarme de ellos y empezar a volar.
La galaxia y universo se veían muy diferentes a como se presentaba en imágenes o descripciones, en muchas de mis obras de arte agrego colores y degrade, pero por mucho que observara, solo veía negro y estrellas en el trayecto.
Llegué a un planeta no muy grande, un poco más pequeño que el mío, y solo habitaba en él un ratón en la sima de un trono, al parecer de oro y con una suave tela color carmesí cubriéndolo, me acerqué a la rata con cautela
-olvidando completamente todos mis conocimientos sobre las enfermedades y virus que podían provocar las ratas- procurando no asustarla, esta solo se arrincono en el trono mientras me acercaba.
- ¿Este no es el planeta del rey? - me dije a mi mismo observando lo vacío que esto se encontraba, y aun así sin esperar respuesta, la rata se acercó un poco a mí y asintió con su diminuta cabeza.
-Y... ¿Dónde se encuentra? – Volví a preguntar, y la rata, esta vez se acercó un poco más desde el trono, a punto de caer, y miró hacia el suelo con una pequeña lagrima cayendo de su ojo, entendí a la perfección, al mismo tiempo que cogí a la rata en mis manos y la puse en mi hombro.
-no me puedo ni imaginar el tiempo que debes llevar sola, ¿me acompañas en mi viaje? - La rata asintió con su diminuta cabeza y caminé a donde se encontraban las aves.

Desperté de manera brusca sobre el sofá, todo había sido un simple sueño, no puedo creer que realmente me sentí en el cuerpo del principito, sería maravilloso poder seguir con el sueño, creo que es hora de seguir trabajando.

El regreso del Príncipe (Principito 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora