Setenta y nueve

812 123 15
                                    

— Cierra los ojos.

Cuándo Freddy los cerró, sintió sobre sus labios los de Fred. Sabía que eran los suyos, los había mirado tantas veces sin saber porqué.

No sabía que hacer, ¿qué clase se saludo te hace sentir que explotará tu corazón?

Estar tan cerca del azabache, unir tanto una parte de su cuerpo, cómo sí jugar con sus lenguas los uniera en uno sólo. Cómo sí fueran la misma persona.

No sabía nada en ese momento, sentía vergüenza ante la seguridad del azabache y en sus movimientos mientras que él intentaba con lo poco de sí mismo seguirle el ritmo.

Sus ojos se mantenían cerrados hasta sentir sobre sus mejillas esa calidad que le dan de vez en cuándo las lágrimas.

Pero no eran suyas.

Eran de Fred.

Hydru (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora