Noventa

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— ¡Dos!

Ese grito le puso la piel de gallina a ambos.
Se miraron, respiraron como sí fuera la última vez.

— Freddy... — susurró Fred tomando el rostro frío de la estrella —, Mirame.

El castaño volteó hacia arriba, tan poco tiempo fuera y ya se sentía exhausto.
¿Cómo podían vivir las personas así?

Fred lo miró a los ojos.
Y lo besó.

Lo besó con intensidad, con amor, cómo sí quisiera transmitir todo el amor que sentía por él a través de esa acción.

— ¡Tres!

No mueras.
Y menos frente a mi, por favor, sobrevive.

Hydru (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora