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CAPÍTULO 4 - Bellator

Sin voltear atrás, Adam dejó el comedor de la academia, con una mirada seria y determinada seguía su camino por el pasillo del edificio mientras que su presencia seguia molestando a otros, desprendiendo murmullos entre los estudiantes por donde Adam pasaba, cuentionandose de cómo puede alguien querer estar en un lugar donde nadie lo quiere.

Era un Deja vu para Adam, pues paso por lo mismo cuando entró a Bellator, de no ser por su maestro Díaz quien lo respaldo en todo momento, pero ahora le tocaba a él salir adelante solo, podrá ignorar todo a su alrededor pero era claro que si le afectaba.

Perdido en su emociones no se dio cuenta que alguien le hablaba, estaba aturdido por todo lo que murmuran así que su mente no escuchaba con claridad hasta que noto que algo lo detuvo desde su espalda.

—hey!, te estoy hablando. 

Adam volteo y vio una extraña chica con google de pelo rosa. —¿Te puedo ayudar en algo?.

La chica miró a Adam con detalle, girando alrededor de él, tratando de analizarlo cuidadosamente. —La pregunta correcta es, ¿Que puedo hacer yo por ti? —La chica muestra demasiada confianza.

—¿De qué hablas?

—Tu eres el chico sin don que reto a la academia, ¿verdad? —Comenta con una sonrisa.

—Si lo que buscas es reclamarme no estoy de humor para eso. —Dice Adam con disgusto. —Además un compañero tuyo ya me enfrentó hace un momento.

—Si, estaba ahí cuando sucedió eso, por eso quiero ayudarte.

Adam se sorprende por el comentario de la pelirosa. —¿Es algún tipo de truco o broma?  —Y a la vez era confuso para él.

—No, quiero que uses a mis bebes y ganes.

—¿bebés? —Dice Adam extrañado

Entonces la chica saca artefactos de su mochila muy llamativos. —Estos son mis bebés, si no tienes don necesitas todo lo que tengas a tu alcance para ganar.

—¿Por qué me ayudas?

—Si alguien que no tiene quirk le gana a uno que si tiene gracias a mis bebes, entonces serán considerados cómo los mejores, ¿no lo crees?

Adam se sorprendió por la imparcialidad de la chica y solo pudo soltar un risa al aire.

—¿Que dices?, toma el que quieras.

—Agradesco tu apoyo, pero no puedo.

—¿Por qué no?

—Aprecio tu oferta, pero no les quiero dar ninguna excusa si llego a ganar. —Adam recobro un poco de Confianza en sí mismo —Peleare con lo que soy ahora, está versión de mi es la que deben de ver.

La chica quedó desepcionada ante la respuesta de Adam, y al notar que no consiguió lo que buscaba se aleja.

—Pero si ganas y entras, ¿me dejarías crear bebés para ti? —dice de una forma que cualquiera puede mal interpretar.

—Claro... Creo. —Dice Adam con vergüenza.

—¡Perfecto! —Sale corriendo la rara chica. —¡soy Mei! —Grita a lo lejos.

—Ja, eso fue raro.

Sin querer el estrés de Adam había desaparecido momentáneamente.

...

Mientras en la Azotea de ese edificio el profesor Diaz observaba a su joven estudiante, mientras fuma un cigarrillo.