Muy buenas a todos, me presento. Mi nombre es Magui, la gata peluche, y quisiera contarles desde el principio la historia de "La primera parte" que somos nosotros los gatos. Porque todo lo que escucharon hasta ahora está atado a consignas y muchísimas vueltas de nuestro amado proveedor y autor. A partir de aquí, entre todos trataremos de contarles los hechos de manera mas ordenada, porque cada quien cuenta como quiere en el orden que quiere y esto es un lío.
Olivia ya les comento los orígenes de "La segunda parte" que son los perros junto a Anka sucedidos en el 2013.
les contare como planee el despertar del amor hacia los gatos en los humanos. sucedido a principios del 2015
A lo lejos veía un gatito muy bonito que parecía perdido, era color café con leche con líneas horizontales oscuras, la curiosidad fue más fuerte que mi nula territorialidad así que me acerco a él:
—¡Hola vos! no eres de aquí ¿Que te trajo a este territorio?
Con toda calidez me comentó:
—Disculpe usted señorita, es que unos perros me persiguieron y no se donde esta mi familia, de todos modos busco establecerme porque ya soy grande por tanto quisiera, si no le molesta, quedarme en este territorio.
A carcajadas le respondo:
—Es la primera vez que un gato me pide permiso para algo ¿Estás seguro que en tu huida no te golpeaste la cabeza?.
Con toda seriedad el niño me responde:
—Para nada señorita, estoy impecable, no tengo los hábitos de mis hermanitos que son unos insolentes, siempre les dije que lo cortés no quita lo valiente, pero ellos siendo idénticos a mi físicamente, piensan muy distinto. Veremos como les va en la vida, pienso que por las buenas se puede obtener todo lo que uno desea.
Me recuerda a mi cuando era pequeña, me enternecen sus palabras y carácter, va a ser todo un peluche cuando sea grande, así que le propongo hacer su camino hacia la peluchosidad más rápido:
—Oye niño ¿Te gustaría vivir con humanos?
Con una sonrisa tímida responde —No me molesta para nada la idea de tener comida y refugio fácil— Pregunta Intrigado —¿Conoce usted un buen lugar por aquí?
con expresión segura le cometo —¡Por supuesto!, además no hay otros gatos
Al niño se le dibuja una sonrisa enorme en la cara y se le abren los ojitos color cielo —¿Toda la casa seria para mi solo?
respondo velozmente —¡NO!
De inmediato cambia su expresión a intriga —¿Como que no? si acabas de decir que no tienen gatos
Le comunico con voz lenta expresando el inconveniente —Tienen dos perras
Con un poquito de asco sus ojos color cielo se entrecerraron —No todos los perros son peligrosos pero ¿Que te hace pensar que van a querer adoptarme?
Segura de mi misma le comento —En Bynnon y 14 están viviendo los dos humanos con perros que te digo, suelo estar en su patio descansando y a ellos no les molesta, de hecho me pusieron una linda almohada pero todavía me miran intrigados, por lo que veo aman a sus perros, se ve que nunca vivieron con un felino, estoy segura de que aman a los gatos pero todavía no lo saben—revoleo los ojitos para arriba —ademas quiero asegurarme de que es un buen lugar para vivir, dado que en unos meses quiero tener hijitos y quisiera cerciorarme.
El niño con una sonrisa me felicita, por lo visto si todo sale bien vamos a ser buenos amigos —Dígame señora entonces ¿Cómo vamos a proceder?
—El plan es simple los fines de semana al humano lo van a visitar su padre y su hermanita, los niños humanos son muy insistentes en adoptar a un animal que ven en la calle, así que cuando bajen de la moto tú tírate encima de la niña y derrite su corazón a ronronasos, del resto ella se encargará.
Y así hizo, llegó la moto que le señalé, cuando se detuvo. Él se posó torpemente sobre la rueda, la niña cuando lo vio dijo fuerte "AAAAAW que lindo gatiiiiito" lo cargo, el ronroneo, ella entro rapido y le mostró al humano, digamos que la niña no tuvo que insistir dado que fue amor a primera vista. El desembarco fue exitoso.
Unos días pasaron. Al niño lo llamaron Dahlia, nunca tuvieron un gato, no se habían dado cuenta que era un niño. Cuando vieron que era macho cambiaron su nombre a Dahlian, notaba que aprendían de a poco, o experimentan con él los cuidados que había que tener con un gato, intentaba ser solo una visita ocasional descansando al sol en mi almohada, ellos estaban muy contentos con él y el niño estaba cómodo con ellos.
Pero pasó una de esas cosas que hay que tener cuidado cuando una familia adopta un gatito como Dahlian, los humanos se fueron a trabajar y sin querer lo dejaron afuera, éste no es un felino que puedas dejar en la calle solo, porque no está totalmente adaptado a la vida hogareña, y lo peor de todo es que era precioso y muy amable, no hay humano que no se derrita estando cerca de él. Cuando lo vi trate de acercarme pero ya era tarde, un humano lo levantó, el ronroneó, instantáneamente se enamoró y se lo llevó.
Que humanos irresponsables, todavía les faltaba mucho por aprender de nuestro mundo, la angustia les hizo buscarlo por todos lados, imprimieron carteles a todo color, los pegaron por todos lados, y una noche mientras esperaban angustiados frente al teléfono. El llamado llegó. ¡Lo encontraron! Les mandaron una foto, era idéntico —¡Es Dahlian!— dijeron los humanos, entre agradecimientos y lágrimas coordinaron el encuentro. En la charla le comentaban que estaba solo y que unos perros lo acorralaron. Lo iban a morder, por eso lo llevaron, les dio mucha lastima que lo lastimaran, pero el fiero felino los mantenía a raya. —Pobrecito, muchas gracias— decían una y otra vez, todo esto se me hacia muy extraño, no parecía ser el peluche que conocía.
LLegó una camioneta, los humanos que lo encontraron lo tenían en sus brazos listos para hacer el traspaso, por mi parte observaba desde el techo porque quería también recibir a mi amiguito. Mis ojos se agrandaron —¡Ese no es Dahlian!— Será igual pero los humanos no tienen idea de la diferencia, lo escucho gritar con una rabia pocas veces vista en un gato:
—¡Malditos humanos! ¡Solo existen para servirme! Voy a hacer de esta tierra mi reinado, todos van a sucumbir ante mi yugo ¡Exijo que se me idolatre! quien es este que hoza tocarme sin mi permiso.
Y todas las maldiciones que he escuchado en la vida comprimidas en menos de diez segundos, mientras se despiden, agradecen e ingresan al hogar. Digo perpleja:
—Definitivamente ESE no es Dahlian
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La inverosimil aventura de las mascotas del hogar
AdventureEs la fantasía, fábula o esquizofrenia de Jonatan y Lili, siendo su vida el relleno del sanguchito de dos mundos, el perruno y el gatuno, panes que poco tienen que ver entre sí, pero el relleno humano, en el fuego cruzado paga las consecuencias de l...