013. Ni el capítulo 13 puede contra el gato de la suerte

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La tarea estaba cumplida. Magui pensó que nada quedaba por hacer en la tierra que la vio nacer. Se despidió de los cuatro gatos y se quedó esperando en el techo de los vecinos de la casa del nogal para pedir la extracción cuando llegara Jonatan. Ese sábado 15 de agosto del 2018, Magui corrió con alegría a sus brazos cuando lo vio. En el viaje a la casa del árbol de paltas, que todavía no da paltas, Jonatan le da el reporte de la situación mientras la mimaba:

"Hitokiri sigue siendo nuestro señor Shogun.

Negrulis tristemente falleció en cumplimiento del deber. La función de máquina de matar la ocupa Zorito de la suerte.

Toranella es la gata mas inteligente del mundo, pero tiene mucho miedo.

Harry y Totoro se fueron en busca del Amor y no sabemos donde están.

Anka y Olivia siguen siendo las perruches de siempre

Y los gatitos fueron felizmente adoptados"

La extracción fue un éxito, pero estaba muy deteriorada, necesitaba recuperarse. Hitokiri la vio llegar y se llenó de alegría su corazón. Corrió hacia ella para recibirla, pero lo frenó de un patazo con toda su ira junto al reclamo "¿Donde están mis hijos?"

Inmediatamente el señor Shogun se retiró en silencio y le dio espacio, ningún gato de la casa se acercó a ella, la dejaron en paz para que asimile la situación y unos "ricos coquitos" en calma. Cuando terminó, se acercó Zoro a ella con total intriga, y mucha precaución.

Magui movió una pata señalando algo detrás de él. Él volteó a mirar y se quedó mirando donde ella señaló. Magui no esperaba esa reacción, por eso se le quitaron las ganas de jugarle una broma. Normalmente un gato suele girar solo un momento y luego volver la mirada, entonces Magui desaparecía y reaparecía de la nada con un patazo y una advertencia "si hubiese sido un rataton ya estarías en mi estomago, hay mucho mucho que aprender". Como todavía estaba mirando la nada ella intentó darle un patazo en la nuca, pero el se acerco a donde ella señaló y la pata de Magui pasó de largo sin poder darle en la nuca a Zoro.

Decepcionada solo se limitó a preguntarle —¿Cuántos ratatones has cazado? Mírame cuando te hablo

Zoro volteo para verla mientras charlaban: "¿Ratatones? ninguno, solo ratones, pero todo lo que se me lo enseñó Negrulis" —Toranella aparece de la nada intrigadísima pidiendo saber más —

Tora —¿Conociste a mi hermanito?

Zoro —Si, antes de llegar jugábamos juntos, él era más grande que yo y me enseñó lo que le habían enseñado Harry y Totoro.

Magui —Sabes algo de mis hijos?

Zoro —No, pero se dice que fueron en busca del amor o algo de así.

Tora —Eso nos dijo Negrulis —dirigiéndose a Magui agrega— Pero tengo mis dudas, sigo investigando que pasó, pero le temo a la verdad.

Magui —Ellos se saben cuidar. No les di el mejor entrenamiento en su momento pero fue lo suficientemente bueno como para que se puedan defender.

Hitokiri estuvo todo el día afuera haciendo sus cosas y cuando volvió para la hora de comer Magui lo estaba esperando.

Hitokiri —Buenas noches mi señora ¿Ya está de mejor humor?

Magui —Si estuvieran mis hijos seguro que si ¿Valió la pena su sacrificio?

Hitokiri —No seamos tan dramáticos, ellos seguramente habrán encontrado el amor que tanto anhelaban por ahí. Cambiando de tema, has vuelto como una heroína. Veo que has traído la gloria y todo un arsenal de conocimientos que nos van a ser útiles porque la peste ha llegado hasta aquí.

Magui —A estas tierras no les debo nada, mi tarea está cumplida, no pienso mover una uña

Hitokiri —No podemos depender de la suerte de Zoro para combatir una peste inminente.

Magui —Los gatos de la suerte no existen. Nunca me topé con uno, ni conocí a nadie que conociera uno, además son un peligro porque cuenta la leyenda que absorben la suerte de los que lo rodean trayéndoles desgracia.

Hitokiri —Los gatos de la suerte pueden absorber la peste sin enfermar, no solo ser inmunes como en tu caso.

Magui —No mientas. No puede ser ¿en que te basas?

Hitokiri —Antes de contarte quiero saber como te deshiciste de la peste, muero de intriga

Magui —Fueron los perros

Hitokiri —No puedo creer lo que escucho —le respondió ofendido y con desgano — el día del deceso de Negrulis estuvo con él. Zoro tendría que haber sido arrollado pero en su lugar fue Negrulis. El día de la desaparición de tus hijos él estaba cerca. Se que puede parecer poco, pero cada desgracia que tendría que ser para él es transferida al que lo rodea. Toranella lo está estudiando.

Magui —¿Esa inútil cómo sobrevivió?

Hitokiri —Tora es la gata casi mas inteligente del mundo, después de mi claro está. Ella cree que él es un verdadero gato de la suerte, pero no puede profundizar en los conocimientos porque teme por lo que pueda llegar a encontrar.

Magui —Eso no responde mi pregunta ¿Cómo sobrevivió?

Hitokiri —La curaron Jonatan y Lili como a todos los demás pequeños que fueron adoptando otras familias, además es extremadamente cautelosa, no da puntada sin hilo, digamos que tiene estrés de combate sin haber entrado nunca en batalla por el territorio. Todo lo estudia y tiene sus lugares seguros, no soporta el conflicto y no confía en nada ni nadie. Después de todo es una gata fantasma. Todavía no le encuentro utilidad más que haber captado el interés de Zoro para que se quede a vivir con nosotros, y Tora está fascinada con su condición.

Tora irrumpe de repente a toda velocidad —Zoro está absorbiendo suerte otra vez.

La siguen y lo ven a él junto a otro gato sentados, sin interactuar, en el techo vecino.

Magui miraba como pasaba absolutamente nada. Hitokiri sentado majestuosamente esperaba paciente. Tora lo miraba fijamente calculando la situación esperando la reacción. El llamado "Zorito de la suerte" se dio cuenta de que lo estaban mirando y se levantó para ir a saludarlos. El gato de al lado se sobresalió y voló del espanto, pero extrañamente se desvió mucho y cayó desparramado al suelo.

Hitokiri enojado le pegó un patazo a Tora por hacerle sentir que perdió su tiempo. Ésta gritó furiosa y corrió a toda velocidad a su lugar seguro. El llamado "Zorito de la suerte" se acercó a Tora, la saludó "Hola vos" y se fue alegre como suele ser su actitud frente a la vida todo el tiempo.

Tora recopila —Va por la vida sin entender lo que pasa a su alrededor, sin embargo es puro instinto cazador

Magui sin entender como un capítulo puede ser tan desafortunado que ni siquiera pudiera tener un un hilo, una historia que contar con un principio y un final, solo transcurrieron hechos desordenados. Miró a Anka ladrar de repente. Orejeo a Jonatan y luego los gatos escucharon que dijo "Hola vos" en perfecto idioma gato. Mientras ladraba y orejeaba a Jonatan, de inmediato todos los gatos respondieron a Anka "Hola vos" por hábito pero se sorprendieron de que un perro tenga la capacidad de pensar porque los gatos creían que los perros son animales extremadamente tontos que ladran y se huelen las colas. En toda esta confusión Zoro le dijo a Magui "bienvenida ¿Son ricos los ratatones? Anka caza ratones también". Magui se quedó en silencio como si una idea se apoderara de su mente. No la podía tomar en serio, porque para ella los perros son tontos, y esa idea le daba a entender lo contrario. Creía que lo que pasó la ultima vez fue una casualidad. Si los perros viven encerrados ¿Como podrían hacer algo como lo que vio aquella vez cerca de la casa del nogal? Tanto pensar le dio sueño, así que se fue a dormir en la cama de Jonatan y LIli sabiendo que nadie iba a ir a darle una patada sino muchos mimos. "Buenas noches Magui" le dijeron Jonatan y Lili.

La inverosimil aventura de las mascotas del hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora