011 Magi versus el hambre

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A Magi le costaba respirar, cada inhalación punzaba. No pensó que iba a ser tan difícil la situación, no contaba con el exilio, no porque no supiera vivir sola, sino porque amaba vivir con gente, los necesitaba más que nunca, pero la patria que quiso proteger ya no existía ¿Cuantos maullidos hacen falta para ablandar un corazón que te desprecia? pensó —De todos modos no se puede maullar mucho con el pecho adolorido, no hay caso, de nada sirve pedir comida donde uno es un extraño, hoy toca dormir en las cañas del fondo sin comer—

Magi no sabia si durmió o despertó de un desmayo, el sol de la mañana no lo sentía cálido, solo era caliente, el pecho dolía pero al menos la dejaba respirar, necesitaba comer algo. Como pudo se levantó y echó a andar sus patas. —Bien, responden, puedo caminar— pensó. Con su torpe andar buscó comida por los patios habituales de sus antiguas épocas, revolviendo todo lugar donde la gente desechaba lo que no terminaba de comer. Ella sabia que a la gente no le gustaba que revuelvan su basura. "Las sutilezas vendrán cuando me recupere" pensó. Y así hizo, revolvió cuanto desperdicio encontró, comió, durmió hasta la tarde noche y volvió a ser la que era antes de ser adoptada. Seguía siendo peluche, pero un poco más salvaje y golpeada.

 "Gata Fantasma Mascarita" venía corriendo gritándole  —¿¡Qué estás haciendo!?— mientras magi estaba royendo un "rico hueso de pata de pollo" y con él todavía en la boca le dice —¿Qué?— Mascarita enojadisima le empezó a decir que está complicando ...

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"Gata Fantasma Mascarita" venía corriendo gritándole —¿¡Qué estás haciendo!?— mientras magi estaba royendo un "rico hueso de pata de pollo" y con él todavía en la boca le dice —¿Qué?— Mascarita enojadisima le empezó a decir que está complicando la situación porque la gente deja cada día menos comida tirada y ahora va a ser más difícil acceder a ella. Mientras peleaban a los "patazos" por el hueso de pata de pollo, le reprochó que no podía creer que hiciera tal desastre. Magi le respondió que tenía hambre, no había comido nada desde la tarde de ayer. A mascarita le molestaban los problemas de gatos adoptados malcriados, además ayer no probó bocado porque en la calle se come cuando se puede, le reprocho y acto seguido le gritó —¡Dame ese hueso!— Magi corrió con él creyendo haber escapado pero cuando se relajó vio a los tres gatos negros que la rodeaban desde las alturas, ella lo soltó suavemente en el suelo y dio unos pasos atrás mientras sonreía nerviosa. Se acercó el "Gato Fantasma Negro" mayor y comenzó a comer de él mientras le decía —Verá usted señora, no puede hacer lo que quiere cuando quiere como hacía antes, la situación es complicada y lo sabe, hay cada día menos comida y el ejercicio es mayor dado que tenemos que cazar esas cosas que traen la peste, esta manera de buscar alimento suya nos perjudica mucho. Comencemos a proceder con más prudencia.— Pero ya era tarde, se escuchaban los gritos de la gente del barrio quejándose del desastre que dejaron los gatos en los tachos de basura. El "Gato Fantasma Negro" mayor soltó el hueso levantó la cabeza y gritó —¡Todos a correr!— y reaccionaron como rayo corriendo detrás de él, Magi no perdió la oportunidad de llevarse el hueso consigo, trato de seguirlos pero eran muy rápidos, los perdió de vista, además todavía no se había recuperado de la patada de ayer. Los "Ratatones" habían reaccionado al desastre de Magui y otra vez la estaban persiguiendo, con lágrimas en los ojos dejó caer el hueso de pata de pollo y algunas se quedaron para comerlo, solo dos todavía la seguian. La más grande estaba cerca de atraparla, la otra un poco más pequeña estaba más atrás, apareció "Gata Fantasma Mascarita" que se abalanzó sobre la última como rayo como si se fuera a tirar encima de ella, pero antes de hacer contacto se dió media vuelta, el "rataton" se había concentrado totalmente en "mascarita" y sin querer la "cosa" tenía su nuca completamente desprotegida, por detrás aparece silencioso (pero rápido como rayo) uno de los "Gato Fantasma Negro" que salta sobre su espalda, muerde su nuca y se aferra con sus uñas por la espalda, lejos de terminar la cacería, "Gata Fantasma Mascarita" da la media vuelta para volver a ayudar al gato negro, que por sí solo no podía con el descomunal "Rataton", el movimiento era arriesgado, apareció el segundo "Gato Fantasma Negro" para arañar los ojos de la bestia para que no pudiera ver venir a Mascarita que rápidamente clavó sus dientes en la garganta de la presa, pero lo soltó rápidamente para que no pueda dañarla, así que entre los tres le mordían la nuca y tratan de aplastarla para que se mueva lo menos posible, los "Ratatones" eran muy fuertes, podían mover dos gatos con facilidad, un tercero era un poco más complicado para ellas. Lograron lo que querían, Empezó a chillar por el dolor así que los tres gatos la soltaron y huyeron despavoridos, todo el proceso no duró más de 10 segundos, las otros "Ratatones" que terminaron de roer la pata de pollo corrieron para comerse a la que estaba herida.

Magi seguía corriendo, su perseguidor estaba a punto de alcanzarla cuando llegó el "Gato Fantasma Negro" más grande por detrás que mordió su pata trasera como para que bajara su marcha, pero solo lo alejó un poco, los gatos fantasma desaparecieron...

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Magi seguía corriendo, su perseguidor estaba a punto de alcanzarla cuando llegó el "Gato Fantasma Negro" más grande por detrás que mordió su pata trasera como para que bajara su marcha, pero solo lo alejó un poco, los gatos fantasma desaparecieron para no arriesgarse, Magui vio la casa del Nogal y corrió hacia ella, pasó la entrada como rayo, su perseguidor apenas se retrasó, el "Rataton" llegó a las cañas del fondo, Magui había desaparecido, el "Rataton" se detuvo para olfatear el aire con la trompa en alto cuando de repente Mascarita apareció y le mordió la garganta por un breve instante mientras Magi le arañó los ojos, el "Gato Fantasma Negro" más grande se trepó en su espalda para morder su nuca y aferrarse fuertemente en él mientras los otros dos gatos negros agarraban sus patas traseras y tiraban uno en cada una para que no saltara ni ataque, Magui y Mascarita se encargaron de estirar las patas delanteras, y así esa noche los gatos pudieron comer un "Rico Rataton"

La inverosimil aventura de las mascotas del hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora