Sorbet & Gelato

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Fue difícil aceptar lo que realmente era yo, vivo en una sociedad en la que los movimientos se han vuelto más masivos. Por una parte esta bien pues se buscaba la aceptación. Pero, por desgracia, lo que se convirtió en un movimiento para acabar con la discriminación, se convirtió en marchas turbias y manifestaciones  violentas.

Algunos se destaparon y salieron del closet. Pero otros, sólo buscaron llamar la atención o ponerse a la moda.

Una chica como yo, que en sus 18 años tuvo montones de novios y que nunca fue tan extrovertida, de padres no tan estrictos pero conservadores ¿cómo podía mirarlos a los ojos y decirles que ella es diferente a antes? Mis padres me odiarian, y mis amigos, vecinos, todos a quienes conocían pensarían que yo sólo quería llamar la atención, ya que, en mis 18 años, nunca aparente ser de ese tipo de gustos.

Es por eso que cada viernes salía con mi mejor amiga Rebeca a antros con el permiso de mis padres.

Si, Rebeca y yo íbamos a bares y antros a divertirnos y pasar la noche. Pero, Rebeca no era mi mejor amiga, ella era mi novia pero se lo ocultaba a todos. Por eso ella y yo tenemos problemas, ella dice que me avergüenza lo que yo soy y lo que tengo con ella.

Estoy viviendo una etapa difícil de mi vida. Afrontó el rechazo y veo con temor como mi relación con Rebeca esta en la cuerda floja.

Aún así salimos a nuestro club preferido para relajarnos un poco. Esta en una zona lejos de mi casa y lejos de las casas de todas las personas que conozco. Por eso, ahí Rebeca y yo podemos ser lo que realmente somos, una pareja. Ahí nadie nos conoce y mi relación con mis padres no corre peligro.

-Vaya, este viernes hay más gente- dice Rebeca trayendo mi tragó, dando codazos a la gente tratando de abrirse camino.

- Si, supongo que tiene que ver que en la otra cuadra se llevó acabo un partido de fútbol de un equipo local- le dije.

-Bueno, eso explica porque veo a tantos hombres sudorosos con camisetas de fútbol-añade ella sarcástica.

La noche siguió con tranquilidad, Rebeca y yo decidimos unirnos a la pista de baile. Las luces alumbraban nuestra cara y cuerpo miestras bailabamos. Y ya pasados dos días desde el último beso a escondidas, ella se acercó a mi.

Me siento mal, sé que ella es valiente. Ella se destapó con sus padres hace tres años y la corrieron de su casa. Ella es fuerte y logra mantenerse sola. Pero, tengo miedo de que a mi me pase lo mismo. Ella es fuerte pero yo no tanto. Yo no puedo hacer lo que hace ella.

Sé que le incómoda y le frustra que yo la siga presentando ante mis padres como "amiga" y eso por eso que tenemos más problemas cada día. Ella ya parece harta, y yo tengo miedo de perderla por mi debilidad.

Cuando nos besamos decidimos sentarnos en la mesa para acabar con nuestros tragos.

- Esta media de seda si que sabe rica-le dije acabandome mi copa.

-Aja...- con expresión seca ella dijo.

-¿Qué pasa?...¿qué tienes?- le pregunté temerosa sabiendo lo que se venía.

-Es sólo que... Estoy harta ¿okey? Estoy harta de sólo poder tener una novia una vez por semana.

Tenía razón, otra pelea.

- Por favor... ya sabes...

- No es justo, dices que me amas pero parece que no tanto como para aceptarme enfrente de tus padres.

-Ellos son muy conservadores, me mataran si lo saben.

- Si dices que te mataran entonces no te aman- me responde.

La Squadra Di Ezecucion Y Buccelatti GangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora