Letter Ten

664 51 31
                                    

Querida _________:

Estas últimas semanas han sido de lo peor. No estuviste conmigo de ninguna forma, casi no te he visto en los pasillos y cuando lo hacía estabas cabiszbaja. Extraño el contacto visual contigo.

Odio esta situación y me odio a mí mismo en este momento. Quiero que todo vuelva a ser como antes, cuando tú no sabías nada de H. Tendría que haber guardado aquellos sentimientos para mí.

Lo siento tanto, de verdad. No hay palabras suficientes para explicarte cuán arrepentido estoy.

Ojalá aceptes mis disculpas.

Con amor,
Thomas S. Holland.

El autor de esa carta dejó el sobre en la puerta de la casa de __________ para que cuando llegara la recogiera con el correo que había dejado el cartero esa misma mañana. El muchacho cerró sus ojos fuertemente y entró de nuevo a su hogar. Decidió que no podía seguir deprimido, que haría algo de su vida a partir de ese momento, por lo que se vistió con ropa deportiva y salió a correr. Puso play a la música de su teléfono y sus piernas comenzaron a moverse rápidamente.

Al llegar a un parque, se sentó en una banca a elongar. Luego de varios minutos, se levantó hasta dirigirse a un almacén. Compró una botella grande de agua, ya que se había olvidado la suya dentro del refrigerador. Al salir, quedó perplejo.

__________ estaba allí, hablando con Andrew mientras sonreía. Los dos se abrazaron durante un par de segundos y la castaña giró hacia la dirección del ruloso, tal como si supiera que él estaba ahí. No los separaba una gran distancia, por lo que podían mirarse a los ojos directamente. Thomas obtuvo el contacto visual que tanto extrañaba, pero en él no se instaló una sonrisa, ni tampoco palpitaciones felices en su corazón. La chica abrió un poco su boca y Tom se quedó viéndola. Era extraño que la muchacha no hablara.

Un puntazo se apoderó del abdomen  de Holland rápidamente y lo hizo tomar de este con su mano libre. Aunque el dolor físico era increíble, no tenía comparación con la ruptura que tenía dentro de él, que con cada día aumentaba un poco más. Tom mantuvo la compostura para que nadie se preocupara por él. Un par de mujeres mayores que pasaban por ahí le preguntaron si estaba bien, y él asintió con un leve movimiento de cabeza y una falsa sonrisa para responderles.

Unas manos que reconocía aparecieron en su campo de visión y se posaron sobre los lados de su estómago. Vio que era ella. La chica lo envolvió en un abrazo duradero y caluroso, y lo ayudó a acomodar su espalda en una línea recta. En ese momento no importó nada más que ellos, el mundo había desaparecido completamente. El sudor del chico recorría la piel de ella, pero no les importaba en lo absoluto. La sensación de tener a su mejor amigo de nuevo en sus brazos era demasiado reconfortante como para pensar en nada más. Sus almas volvieron a sus respectivos cuerpos.

Se separaron y miraron a los ojos. __________ mantuvo sus manos en el mismo lugar que antes porque tenía miedo de quitarlas y no poder volver a tocar la ropa de Tom.

Andrew pasó por un lado del par de adolescentes, le dirigió una mirada conforme a la chica y se fue sin emitir sonido.

Tom ignoró al pelinegro.

—Vamos —dijo ella. Holland asintió y caminaron hasta su hogar—.

El camino hacia allá fue silencioso y algo incómodo. Ninguno de los dos sabía qué decir, se sentían demasiado nerviosos y el tiempo que habían estado sin dirigirse la palabra no ayudaba en lo absoluto.

Al arribar, se quedaron callados durante unos segundos.

—Mamá está esperándome enfrente con la cena —dijo ella. Ambos sonrieron por última vez y se despidieron con un ademán de mano—.

La chica se quedó parada en la puerta de su casa mientras que Tom caminaba por el medio de la calle de cemento hasta su puerta. __________ pensó si debería hacerlo. Quizás era inmaduro. Sentía que le debía explicaciones, y, por alguna razón, quería dárselas. Se arrepintió por un momento de tomar aquella decisión, pero internamente juntó valor hasta justificar sus riesgos.

—¡Tom! —gritó ella su nombre y corrió hasta la mitad de la solitaria calle, donde se encontraba el chico volteándose—.

En un movimiento algo brusco, justo en el momento en que llegó al paradero de Holland, la muchacha tomó la cara de su amigo con ambas manos y juntó sus labios hambrientos de cariño. La sorpresa se hizo presente en el rostro del muchacho, pero al darse cuenta que no estaba correspondiendo a aquello que tanto quería desde hace tiempo, comenzó a mover sus labios al mismo tiempo que cerraba sus ojos y tomaba de la cintura a la chica que se encontraba frente a él.

El beso era suave y dulce, los dos querían experimentar aquello por igual y por fin lo habían logrado.

Luego de unos segundos, al separarse, se miraron a los ojos y sonrieron por última vez. __________ pensó que Tom se veía tierno con esa sonrisa de boca cerrada y quedó mirando a sus labios durante unos segundos. El chico borró aquella sonrisa y la tomó de la barbilla, besando por pequeños momentos y repetidas veces la comisura de sus labios. Cuando dejó de hacerlo, tomó de la mano al chico y lo llevó hasta la entrada de su casa. Con un movimiento de cabeza, le indicó que abriera la puerta. El obedeció a su pedido. Mientras que lo hacía, ella volvió a besar sus labios de la misma manera. En el medio de la muestra de cariño, la puerta se abrió, pero ellos no pararon. Cuando se separaron, un grito masculino se escuchó desde dentro del hogar.

—Hermano, era hora, ¡era hora! —exclamó Harry con la sorpresa invadiendo su expresión, y él y Sam se abrazaron—.

—Tom, te la vas a tragar —dijo Paddy, quien frunció sus labios y se quedó mirando fijamente a su hermano mayor—.

La cara de Thomas se tornó de un color rosado, casi rojizo. ___________ sólo rió a carcajadas e ignoró el sonrojo que amenazaba con expandirse por su rostro.

La chica miró a Tom una última vez y le susurró un pequeño "nos vemos" que se quedaría con el ruloso por el resto de la noche. Una vez que terminó el contacto visual con él, se alejó a paso rápido hasta la puerta de su casa, y no se dio vuelta hasta que Sam le gritó.

—¡Ven aquí y habla de lo que acaba de suceder con tus supervisores!

—¡Soy mayor que tú, idiota! —contestó ___________ al poner sus manos a los costados de su boca para que actuaran como megáfono—.

Los hermanos Holland se rieron a carcajadas. Thomas oyó la risa de la apellidada Evans hacer eco en la calle cuando Sam comenzó a correr hacia ella con la intención de tomarla como bolsa de papas.

𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 - Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora