Thirteen

662 56 19
                                    

Querida __________:

Nunca fui capaz de querer a alguien de la manera en la que te quiero a ti.

En el momento en el que descubrí que mis sentimientos hacia ti eran demasiado como para referirse a una amistad, mi cerebro dio vueltas durante días. No podía dejar de pensar en la verdad: que mi mejor amiga me gustaba. Durante meses no tuve la oportunidad de decirte que te quería y tú no tenías idea de lo que pasaba.

Ahora puedo decirte todo lo que siempre quise, puedo besar esos labios rojizos que llevas tan deslumbrantemente en tu rostro todas las veces que quiera.

La pregunta es: ¿estarías dispuesta a compartir todo conmigo? ¿Me dejarías llevarte a mi lado con orgullo?

Con cariño,
H❞.

El cuerpo de la chica casi se detiene de amor gracias a aquellas palabras tan hermosas que su mejor amigo le había dedicado.

Esa misma tarde, __________ esperaba irse sola a la escuela, ya que Tom le había dicho que tenía algo pendiente antes y después de clases y Hannah le dijo que faltaría porque estaba enferma. La castaña no sospechaba que esas eran mentiras que inventaron. La rubia era parte del plan de su mejor amigo y él tenía que preparar todo para que saliera tal como quería.

Al ingresar al edificio, se dirigió directamente a su casillero. Se sorprendió al ver que no había casi nadie en los pasillos. Aunque las clases estaban por terminar, aún tenían algunas charlas sobre la universidad con profesionales y profesores.

Cuando estaba terminando de guardar los libros en el pequeño rectángulo de metal, alguien tocó su hombro ligeramente. Puso pausa a la música que sonaba en sus audífonos, los deslizó por su cuello hasta colocarlos en sus hombros y se dio media vuelta. Una chica de su clase de química, Sarah, se encontraba allí. Estaba sosteniendo una margarita con una de sus manos. Le sonrió de lado y la saludó con un beso en la mejilla.

—Sarah, qué linda. Gracias —dijo __________, y la otra respondió con otra sonrisa de boca cerrada. La primera olió el regalo—. ¿Dónde la compraste? Huele exquisito.

—Tengo una tarjeta del lugar en mi casillero. Si quieres puedes seguirme y te la doy —contestó la muchacha mientras colocaba su pelo negro por detrás de su oreja. __________ obedeció a sus órdenes y asintió como respuesta—.

Al caminar un par de metros más y doblar en una esquina, se encontraron con Andrew, que sostenía otra margarita más. La chica abrió su boca por la sorpresa y frunció el ceño. Ella tomó la otra flor con la misma mano que sostenía la primera.

—La acompañaré ahora. Gracias, Sarah —estableció él, quien hizo un ademán con su mano.

La chica comenzó a irse luego de despedirse con una sonrisa.

—¡Espera, Sarah! ¿Y la tarjeta? —gritó __________, que empezó a sentir la incertidumbre golpear lo más profundo de su mente—. Me iba a dar la tarjeta de una florería —murmuró sin mirar al chico, pero dirigiendo su palabra hacia él. En su voz resonaba un tono de decepción—.

De los labios de Andrew escapó una sonrisa, y tuvo que reprimir una risa que amenazaba con salir de su garganta.

—Te la daré yo —dijo él.

—¿No estaba en su casillero? —repuso __________, que alzó su vista hasta hacer contacto visual con el otro—.

—A veces odio que seas tan detallista. Sólo sígueme.

𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑𝐒 - Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora