Capítulo 10

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Entré en el largo pasillo que conducía a mi salón, presentía que algo no tan bueno estaba por suceder, pero no supe que.

Abrí mi casillero y de este cayó una hoja rosa doblada en cuatro, la abrí y comenzé a leer

Pequeña princesa.

Se que ayer mismo jure cambiar por tí, de hecho hasta te dije que te amaba, y de eso, nada es mentira, y por eso es que he decidido que será mejor que nos separemos, será mejor que no me vuelvas a ver con tus bellos ojos color miel, lo hago no por que me arrepienta de amarte, si no por proteger esa dulce niña que hay en tí, no quiero ser el culpable de que esas pecas en tus mejillas se humedezcan con tristes lágrimas.

Amo absolutamente todo en tí, eres como la chica perfecta para cualquiera, pero no cualquiera es el chico perfecto para tí. Me conozco y se que yo no soy para tí, sé qué a mi lado sufrirás aunque yo quiera evitarlo.

Jamás amaré a nadie como te amé a tí. Sonríe que tus pequeños labios se ven hermosos cuando sonríes.

Atte. Christopher, que te amará Siempre.

Cerré la nota, no me dí cuenta en qué momento había empezado a derramar tantas lágrimas. Por primera vez me había atrevido a amar, y me rechazaron. Ahora entiendo los consejos de mamá.

Pero no me podía quedar así, esto merecía una buena explicación.
Fuí al callejón de siempre, seguro estaría ahí

-¿Es enserio?- Moví la nota

- Así que ya la leíste- Miraba hacia la pared mientras sostenía un cigarrillo en su mano

- Si, ¿Es eso verdad?

-¿No lo entendiste?, Ya no me busques

- Te abrí mi corazón y ¿Así es como me pagas?

- Lo siento, no quiero hacerte sufrir más

-¿Por qué dejaste que creyera cosas que no son?

- Si son

-¡No!, Es claro que no me amas

-¡Si te amo!- Me miró, ¿Que era eso?, ¿Acaso eran lágrimas?

- Estás llorando- Baje la intensidad de mi voz

- Si- Volvió a ver hacia la pared

-¿Por qué?

- Porque me enamoré de la chica más dulce del mundo y ella no merece un pendejo y mujeriego como yo- Volvió a verme

-¿Qué dices?

- Eso, que yo soy un chico malo, mírame, fumo, tomo y estoy tatuado, y mírate, eres bella, sexy, tierna y sincera

-¿Qué está pasando contigo?

- Solo se llama amor

Miraba sus ojos llorosos y tristes, ¿Cómo existía esa nobleza en ese chico?

- No hay razón de alejarse

- Si la hay

-¿Cuál?

-¿No lo entiendes?, Lo último que deseo es que llores, te protejo

- Bueno, pues no necesito que nadie me proteja de mis decisiones

- De las tuyas no, de las de otro sí

- Todo el mundo se equivoca

- Lo que intento es que no te enredes en mis errores

-¿Cuál es tu delito?

- Amar a la persona incorrecta para mí

-¿Y si ella te ama, no cambia nada?

- No, le fallé sin haberlo hecho, desde ya la estoy ofendiendo

No pude más, corrí hacia sus él, lo abrazé y no tardó en responder, sus fuertes y tatuados brazos estaban rozando mi espalda

- Te amo- Lo miré a los ojos

- Yo también

Hubo dos segundos de silencio y después comenzamos a besarnos, nos olvidamos del lugar y la gente que pudiera vernos. Ese bello momento fue interrumpido por el maldito timbre de la escuela.

Me separé, dí media vuelta para ir a clase y él tomó mi brazo

-¿A dónde vas?

- A clase

-¿Te gustaría saber que es no ser tan obediente?

-¿De que hablas?

- Cerca de aquí hay un restaurante muy bueno, ¿Te gustaría conocerlo?

-¿Ahora mismo?

- Claro

Hablaba de saltarnos una clase, eso jamás había estado en mi lista de deseos

•Bueno wëy, ya habías cedido a sus malditos encantos, ¿Que cambiaba si aceptabas?, Vamos corazón, enamorada estás, esa era tu mayor regla, anda, acepta•

- Vamos

Tomamos nuestras mochilas y saltamos la barda de la escuela. ¡Era ilegal!, Bueno, algún día tenía que dejar de ser tan obediente, además, ¿Quién notaría mi ausencia?

Querido CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora