Capítulo 25: Las Vidas de un Gato (Parte 3)

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Cayendo. La oscuridad lo rodeaba, pero él, por desgracia, ya estaba acostumbrado. Desde hace un tiempo que venía teniendo estos sueños, y ya comenzaban a hacer mella en su mente. Era siempre lo mismo, él viendo cómo el mundo a su alrededor ardía. No le gustaba, para nada, pero no podía hacer nada para evitarlo.

¡Por aquí!

Escuchó su voz, entrecortada por la caída, pero no le cabía duda de que era la suya.

No, por favor, no de nuevo.

De la profunda oscuridad surgió Marinette. Intentaba acercarse como podía al joven mientras lo llamaba para incitarlo a hacer rápidamente lo mismo.

¡Toma mi mano!

Basta, por favor. Déjame en paz.

Las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos.

¿De qué hablas? No seas tonto, no queda mucho tiempo.

No lo haré, no, detente.

La joven lo observó sorprendida para luego desaparecer entre toda la oscuridad.

Continuó cayendo solo hasta que su vista se topó con el final del trayecto, el cual consistía de una infinidad de elementos filosos. Un sentimiento de alivio se generó en el pecho del joven al saber que su pesadilla iba a terminar en casi nada.

Cerró los ojos entregándose gustosamente a su destino. Grande fue su confusión al no sentir nada.

Al abrirlos nuevamente vio que se encontraba sentado en una simple silla de madera sin señal alguna de lo que acababa de pasar.

Bien, por fin cediste.

Esa voz. La reconocía como aquella que había aparecido luego de su primer sueño de este estilo. Miró a su alrededor pero únicamente había oscuridad.

¿Quién eres? ¿De qué estás hablando?

Déjame me presento.

Una neblina violeta comenzó a rodear el lugar. Era tanta que al joven no le quedó de otra más que cerrar los ojos y taparse la boca por la incomodidad que le generaba.

Luego de unos instantes volvió a observar el panorama para percatarse que delante de él había aparecido un cuerpo, del mismo color que la niebla, con forma humanoide.

Mi nombre es Aniquilación.

Sorprendido ató rápidamente algunos cabos.

¿Tú eres el que me está haciendo pasar por todo esto?

La ira comenzaba a gestarse en su pecho.

Exactamente, ni más ni menos que tu servidor.

Se inclinó haciendo una reverencia en forma de burla.

La sangre del joven hervía. Intentó levantarse para arremeter contra él pero una fuerza mayor lo volvió a sentar.

Sin quererlo unas cuantas lágrimas de frustración comenzaron a brotar.

¿Por qué? ¿Por qué tuve que pasar por esta tortura? ¿Qué hice yo para merecer esto?

Escupió sus dudas con rabia, pero todo sentimiento desapareció cuando la risa desalmada del ente se hizo presente dejandolo atónito.

No lo entiendes.- decretó para luego recortar distancia- ¿Quieres saber el por qué? Simple, porque no es una tortura. Es una lección.

La Viajera Del Tiempo (Miraculous Ladybug)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora