Ese día había comenzado como cualquier otro para la rubia. Despertarse, desayunar, darse una ducha e ir hacia el instituto. Lo que nadie se esperaba era que una chica de cabello ondulado café con puntas anaranjadas iba a acorralarla para darle una oportunidad única.
- ¡Emma!- llamó su atención Alya durante el receso mientras se acercaba a ella.
La anterior mencionada, la cual se encontraba sentada un un de las bancas del patio del colegio, le dio a su futura tía una enorme sonrisa en respuesta.
- Chica, has estado últimamente muy cerca de Adrien.- a Emma no le dio buena espina ese comentario- Espero no sientas cosas por él.
La manera en que la confrontó y le dijo directamente y sin tapujos las cosas la tomó por sorpresa. Por un lado tenía razón. Desde aquel día del trabajo ambos se habían vuelto más cercanos, igualmente ella no se confiaba por demás ya que él era el que más cerca estaba de descubrirla.
Igualmente la joven no pudo más que comenzar a carcajearse de la ridiculez que la morena acababa de decir.- Por Dios eso nunca, si él es mi pa...- Emma se tapó la boca instantáneamente antes de revelarle tontamente a su tía la verdad.
- ¿Tu pa?- levantó una ceja extrañada.
- Mi pa...- pensó rápidamente una respuesta- reja perfecta para otra persona.Alya no pudo más que mirarla con dudas, pero lo dejó pasar.
- Esa es una oración muy rara, pero la acepto.-se encogió de hombros.
De repente se acercó en demasía a la rubia, cosa que la inquietó un poco. Antes de pronunciar palabra echó un vistazo a su alrededor para ver qué no hubiera nadie cerca.
- Así que... -comenzó a secretear poniéndose una mano en la boca para que la única receptora de sus palabras fuera la joven Agreste, sin importarle que no se hallara ningún moro en la costa- ¿Quién crees que podría ser esa afortunada? Espero no ser yo. - bromeó.
- ¿Qué no es obvio?- rodó los ojos- Claro que Marinette.Emma no necesitaba saber el final de la película como para darse cuenta de la química que había entre ellos. La torpeza y timidez de su madre, y la inocencia excesiva de su padre no podía mas que despertar la imaginación de cualquier persona ajena a su entorno que, tan solo verlos apenas por una fracción de segundos, ya los metían inmediatamente en una tierna y bonita relación.
Los ojos café dorados de la morena se abrieron de par en par ante tal confesión.
- Chica, bienvenida al equipo.- levantó su puño para chocarlos con los de la joven Agreste, gesto que esta correspondió de inmediato- Entonces ahora que se que tú y yo estamos en la misma sintonía seremos orquestradoras de un magnífico plan.- Emma la miró con mucha curiosidad- Lo que tenemos que hacer es buscar alguna forma de que esos dos tórtolos pasen tiempo juntos, pero Marinette no puede sola porque a mi pobre niña no se le da muy bien eso de hablar con él, así que esta en nuestras manos.
Emma asintió comprendiendo la situación, no tan desconocida para ella, y prontamente se pusieron a tirar una diversa cantidad de ideas. Algunas más locas que otras.
De repente, y junto con el ruido metálico de la campana que anunciaba la obligación de retornar a las aulas, un foco se encendió en la cabeza de la Agreste.- Oh, se me acaba de ocurrir una idea perfecta. - sonrió malévola mente.
Comenzaron a caminar hacia el aula y, como obra del destino, la peliazul se hizo presente en la escena. Ella se encontraba inocentemente buscando con la cabeza a su mejor amiga, sin ser consciente de lo que se le avecinaba.
-Ey, Marinette.- la rubia corrió hacia ella seguida por Alya que se encontraba intrigada por lo que estaba por suceder ya que no había sido puesta al tanto del plan.
- Hola Emma,- se sorprendió un poco al ver la rapidez y la energía de la chica en su corrida- ¿Qué ocurre?
- Estaba pensando... - modificó totalmente su actitud y pretendió actuar de manera tímida- si podías hacerme un favor.
- ¿De que se trata?- la miró extrañada y un poco preocupada.
- Hace algún tiempo fui a la tienda de tus padres y me compré un exquisito croissant, y quería ver si podías hablar con el que los hizo para que me enseñe a hacerlos por mi cuenta.
- Bueno,-su expresión se relajó un poco al ver que no era nada serio- déjame que hablo con mi padre que fue quien los hizo a ver si tiene algún tiempo libre para darte una lección.
- Yey! Podríamos estar juntas,-- así de paso nos conocemos mejor.
- Eso si que suena una muy buena idea.
Y el destino una vez más actuaba poniendo a un nuevo actor en escena. Adrien se encontraba acercándose por el pasillo. Emma, astuta mente, llamó su atención y lo atrajo hacia el grupo de mujeres.
- ¿De qué hablan chicas?- el rubio sonrió amablemente.
- Marinette le va a pedir a su papá que me enseñe a hacer croissant.- la rubia habló contenta.
- Wow, eso sí que sería genial.-dijo él sorprendido- La comida de tu familia es riquísima.
La euro-asiática no pudo más que sonrojarse ante tal cumplido.
- G-g-gracias.- trató de ocultar su mirada para que no se le notara.
- Ey, ¿Y por qué no te sumas?- soltó como si de lo mas normal se tratase.
- ¿Qué?- Adrien y Marinette dijeron al unisono pero con diferentes tonalidades. Mientras que la del chico era de curiosidad la de la chica era de puro terror.
- Sería super divertido. Al menos que sea un problema.- miró a su futura madre con ojos de cachorro para apelar a su lado sentimental.
- N-n-no, no s-s-sería n-ningún p-problema.- la chica de pelo azul casi se desmaya de los nervios- ¿Tu también vienes Alya?- trató de meter a su mejor amiga para tener algo de apoyo.
- ¿Cuando sería?- preguntó la morena sabiendo que sin importar lo que dijera su respuesta sería negativa.
- Creo que lo más probable es que sea el sábado. ¿Ustedes tienen algún problema con ese día?
Emma y Adrien negaron con la cabeza.
- Lo siento chica, pero no podré ir. Mis padres se van a cenar ese día y tengo que quedarme a cuidar a las gemelas.- explicó viendo como la cara de su mejor amiga se venía un poco abajo.
- Entonces arreglado.-la rubia puso los brazos colgándose del cuello en los otros dos jóvenes - Este sábado los tres vamos a cocinar un poco.
ESTÁS LEYENDO
La Viajera Del Tiempo (Miraculous Ladybug)
مغامرةEl futuro llegó, y no es lo que nadie esperaba. Una fuerza siniestra ha asediado con París y se cobró la vida de nuestros dos héroes más queridos: Ladybug y Chat Noir. Pero no todo está perdido, todavía hay una esperanza. Emma, la hija de ambos héro...