Febrero de 1943
Pasó el tiempo y también nuestra vida cambió drásticamente, parecía que lo que me había contado el señor Herman se estaba haciendo realidad, ya no fueron solo insultos, pues llegaron después noticias más fuertes. Los judíos estaban siendo encerrados y Alemania entraba a más guerras, nuestra vida se iba desmoronando.
—Te lo dije. —me dijo el tío Herman que estaba a mi lado mientras yo miraba a través de la ventana cómo jugaban mis hermanas afuera en la calle.
—¿Qué cosa? —lo miré y fingí no saber nada, aunque sí sabía de lo que hablaba.
—¿Recuerdas lo que te dije hace unos años? —me contestó con seriedad.
—Sí, aún lo tengo en la mente. —dije y volví la mirada a la ventana.
—Pues, presiento que va a peor, sobre todo para nosotros. —dijo y lo volví a mirar.
—¿Qué? No. Ya estoy harta de pensar en su primer presentimiento cómo para preocuparme por otros. —dije con un tono de voz alto.
—___, tranquilizate, puede que me equivoque. Solo debemos de seguir teniendo paciencia para ver cómo estarán las cosas en adelante. —dijo sin quitar su tono serio.
—¿Tener paciencia? ¿Cómo está tan seguro de que esto se podrá solucionar? —lo miré con un poco de enojo—. Desde hace ya tiempo que no vemos a los pocos amigos que tuvimos, y tal vez ya no los volveremos a ver.
Me encaminé a las escaleras, ya no quería conversar con él, pero me detuvo al pie de la escalera.
—Cuando menos lo esperemos todo esto habrá acabado. —me dijo sujetándome del brazo haciendo que lo mirara—. Solo creeme.
En eso la puerta se abrió. Entraron mis hermanas, y detrás de ellas entraron mis padres que habían ido de compras junto con la tía Elvia.
—Bueno Elvia, ya estamos todos. ¿Qué nos quieres decir? —dijo mi madre mirando a la tía.
—Pues, lo que les quiero decir es... —dijo muy emocionada—. tengo la sospecha de estar embarazada.
En cuanto la tía Elvia dijo eso, todos nos emocionamos igual que ella.
—¿Y... Desde cuándo tía? —dijo Amaia que parecía querer saberlo todo.
—Pues, aún no lo sé. Tal vez ya un mes. —dijo mi tía, se veía en su mirada que tenía un gran deseo de ser madre.
—¿Y qué quisiera tener tía? —preguntó Mina muy ilusionada.
—Lo que sea que venga yo lo voy a querer mucho. —dijo la tía Elvia—. Vengan niñas hagamos una comida para celebrar la noticia.
—No, tía si usted llega a estar embarazada será mejor que no se esfuerce. —dije. Con la nueva noticia ya me había olvidado de la conversación con el señor Herman y me habían regresado las fuerzas—. Mis hermanas y yo hemos aprendido mucho de cocinar cuando la ayudamos, así que nosotras haremos la comida y usted debe descansar.
—Buena idea ___, y muchas gracias. —dijo la tía Elvia y mi madre se la llevó a la sala.
Mis hermanas y yo preparamos la comida y la mesa. Ese día fue muy especial, sobre todo para los tíos.
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La fotografía ♡Vegetto, Gogeta y tú♡ ~En edición~
Fanfiction‧͙⁺˚*・༓☾Historia terminada☽༓・*˚⁺‧͙ Advertencia: Los sucesos descritos en esta historia No son 100% fieles a los acontecimientos que sucedieron en la vida real. Esta obra no busca ser tomada como fuente de información ni mucho menos pretende burlarse...