~Historia terminada~
Vegetto es un joven fotógrafo alemán que está obsesionado con un concurso de la mejor fotografía en su país, a pesar de que está presente la guerra él no desaprovechará ninguna oportunidad que no sea para aquella imagen perfecta...
Al ver el cuerpo de Ferdinand ya sin vida sentí que dentro de mí ya se había ido un gran peso de encima, me sentí libre, no podía explicar lo bien que me sentía después de tanto tiempo, por fin los judíos a los que tuve que eliminar por sus órdenes, por Leyna y sobre todo por mi padre, por fin podré pensar que podrán descansar en paz
Después de pensar en mi volví a la realidad, miré a ___ que tenía su rostro lleno de lágrimas y me di cuenta de que aun estábamos abrazados, nos separamos mientras yo iba dirigiendo mis manos a su rostro y le limpiaba sus mejillas, su cuerpo seguía temblando de miedo, pero su rostro reflejaba alivio
Cuando terminé de limpiarle las lágrimas, ella dirigió sus ojos a su derecha y yo seguí su mirada y pude ver a un chico pelinegro escondido entre un carro y una pared, traía en sus manos una cámara y finalmente decidió salir ya que no tenía remedio seguir oculto para nosotros
-Hola...- dijo el chico un poco temeroso y luego dirigió su rostro a ___ -lo siento
___ no dijo nada solo lo miró furiosa
-¿Qué haces aquí?- le pregunté a el chico -pudo ser peligroso, debiste quedarte en casa como todos los demás
-Bueno, sí, lo sé- dijo y se acercó un poco más a nosotros -lo hice sin pensar... Por cierto me llamo Vegetto
-Me llamo Gogeta- dije y luego los dos miramos a ___
Ella suspiró y dijo mirando a Vegetto
-Me llamo ___- dijo mientras se escondía detrás de mí y me sujetó la espalda del uniforme
-Lamento no haberte defendido- dijo Vegetto hablándole a ella -pero yo supongo que tú hubieras hecho lo mismo... ¿No?
___al escuchar eso aflojó un poco su agarre, pero siguió escondiendo un poco su rostro en mi espalda
-Tenemos que irnos antes de que alguien nos vea- dije y miré a ___
-Pero ¿a dónde nos vamos?- me dijo ella con temor
-Vengan conmigo- dijo Vegetto -no tienen otra opción
-No queremos ser una molestia en tu casa- le dije
-No importa por ahora, vamos no está muy lejos- dijo Vegetto y finalmente decidimos seguirle
Los tres nos fuimos corriendo y escondiendo con cuidado tanto de las balas como de los soldados, cada vez me iba arrepintiendo de estar caminando por ese lugar, pues en cada calle había un cuerpo tendido en el suelo
Finalmente llegamos a una gran casa, Vegetto llegó a la puerta con nosotros siguiéndole la espalda y él tocó la puerta un poco desesperado, cuando nos abrieron vimos a una mujer adulta que al ver a Vegetto se notó en su rostro que estaba muy asustada y lo abrazó al instante
-Vegetto... ¿Qué haces aquí afuera?- dijo la mujer y luego nos miró a ___ y a mí -¿Quiénes son?
-Mamá, no hay tiempo déjalos entrar y te explico- le dijo Vegetto y nos dejaron pasar al interior del hogar
Era una casa bastante bonita y muy espaciosa, al entrar te encontrabas con una escalera con un barandal de madera finamente tallado, las paredes tenían un papel tapiz de un gusto muy caro, y colgaban de ellos pinturas de paisajes hermosos, los marcos de las puertas tenían detalles finos, y la primera habitación que se lograba ver era la sala que parecía más espaciosa que en el recibidor de la casa en el cual nos encontrábamos
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