Resolución de problemas ajenos y el despertar de algo fuera de este mundo.

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El tiempo pasó. Parte de ser Naofumi ya un experto en bastantes artes, es que no fue difícil tratar con una Rifana en pleno crecimiento y con un Kalhana curioso y lleno de interés por aprender. El héroe logró adaptar a ambos a su estilo de vida en unos días, así como recuperó las condiciones físicas de ambos en dos.

Habían viajado a un pueblo minero en donde obtuvieron grandes tesoros gracias a la carta del mercader de accesorios que les dió permiso para trabajar dentro gratuitamente. También permitieron a los mineros de gozar de mejores cosas al mejorar la calidad de sus sistemas y herramientas por respetar el acuerdo sin ser codiciosos. Así como hicieron un record al haber cavado tan profundo que se encontraron con quimeras y distintas criaturas fácilmente vencidas por un grupo más numeroso y en plena formación.

"¡Está lista, niña!" Aclaró Kalhana tras sacar la lanza del escudo de afilado de Naofumi y lanzarlo a Rifana, que ahora parecía una jóven de 15 años, quien se enojo por el trato.

"¡Que no soy una niña!" Enfureció, tomándola en el aire y apuñalando ágilmente el muslo de la quimera. Naofumi entonces saltó y cayó en picado sobre otra de las criaturas, siendo mordido en el brazo por la serpiente de su cola, permitiendo que Firo pudiera patearlo a un costado y rápidamente volviera con Rifana para asistirla; él seguía reteniéndolo con fuerza hasta que Raphtalia lo apuñaló en el pecho y se deshizo del monstruo. Al terminar con este, vieron como el ave ya se estaba comiendo parte de la cabeza del otro, algo que asqueó al héroe pero aseguró que Rifana estaba a salvo.

"¡Bien, reanudemos la extracción! ¡Vendrán más en un rato!" Informó con seguridad Naofumi, retomando los golpes contra la pared con su escudo de minería. "¡Kal, más rápido!"

"¡Eso intento, mierda!" Se quejó el pobre hombre explotado. Raphtalia a su lado trabajaba a la misma intensidad sin una queja. "¡¿Por qué ella no hace nada?!"

"Si Firo-chan golpea una pared, moriremos en silencio y oscuridad~." Acotó tiernamente Rifana mientras recogía los cristales que se desparramaban en el lugar. Kalhana tuvo un escalofrío mientras Raphtalia le veía con cierta preocupación.

"No creí que esa niña pudiera tener un lado sádico... Es aterrador." Susurró este, preocupado. Entonces ambos miraron al héroe que rápidamente se sintió mal por como lo juzgaban.

"¡Yo no hice nada, mierda!" Se quejó, molesto.

Mientras trabajaban y peleaban contra monstruos, Kalhana se encargó de la extracción de partes de quimera para el escudo de Naofumi, así como para fabricar pociones y realizar algunos experimentos. Gracias a algunas criaturas que este pudo reconocer, Rifana alcanzó el nivel 20 rápidamente al estudiar las posibilidades, opciones y debilidades.

"¡La marca de esclavo si que funciona con excelencia!" Disfruta la niña. Tras un largo debate, Naofumi le ofreció una alternativa rápida a Rifana para superar los límites que tendría el alineamiento por equipo, siendo que ni dudó en aceptar cuando Raphtalia le explicó que ella también lo era ahora. Al final, él no podía negar que fue una gran herramienta, pues redujo todos los periodos de crecimiento en un rasgo significativo. Kalhana por obvias razones rechazó eso y se mantuvo al margen, algo que nadie le discutió.

Luego de productivos días de recolección y mejoras para el escudo, llegaron a otro pueblo en donde vendieron todo lo que tenían y ayudaron como pudieron, permitiéndose más reputación por los alrededores. Para desventaja, los soldados del reino parecían tener órdenes para detenerlos y no permitirles sus actos... Nada que unos golpes no resolvieran.

Voluntad de Escudero. [Rebornverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora