Honey

Christophe DeLorne

Honey

Gregory se sorprendió de ver a otro niño en esa reunión que sus padres solían hacer cada  cierto tiempo, eran fiestas de adulto donde el alcohol, tabaco y platicas de adultos abundaban, pero no otros niños, razón por la cual Gregory se sorprendió de ver a ese otro niño en ese mismo lugar

-mi nombre es Christophe -  Le dijo una vez que se encontraron en el balcón del salón - pero prefiero que me digan "Topo"-

Fue así como Gregory empezó a convivir con aquel salvaje e impertinente niño francés, Christophe empezó a ir al mismo colegio que Gregory ya que al parecer este y su madre se habían mudado a Londres por orden de su padre, las causas eran desconocidas hasta ese momento

-no me gusta Londres ...- dijo el topo mientras encendía un cigarrillo, solía fumar cuando se escondía tras los salones con Gregory - es frió , pequeño y aburrido-

-¿Francia es mejor?- pregunto Gregory mientras disimuladamente se tapaba la nariz, el odiaba el humo del tabaco

-¿nunca has ido? ¡claro que es mejor!...pero tengo que esperar para ir-

-¿te iras?-

-al finalizar el año escolar-

Gregory disimulo bien su decepción en ese momento,  Christophe había sido el único niño que de verdad le agradaba en todo su reducido circulo social, era algo extraño a decir verdad, ya que no tenían nada en común y  sus personalidades contrarrestaban enormemente

-bueno...espero que sigamos en contacto-

Así fue, incluso después de que Christophe regresara a Francia siguieron manteniendo contacto a través cartas y teléfonos, fue así  que al llegar a la adolescencia su amistad estaba mas reforzada que nunca, siendo así Gregory un joven de quince años se le permitió viajar por primera vez solo

-bienvenido a Francia-

Lo recibió Christophe  con una sonrisa de medio lado adornada por  su infaltable cigarrillo, la semanas que Gregory paso en Francia fueron sobretodo "reveladoras" por decirlo de alguna forma, ya que conoció aspectos mas profundos en la vida de su mejor amigo, su vida llena de excesos a pesar de corta edad, el ambiente libertino  donde crecía, la falta de reglas en su vida y  otros aspectos un poco mas turbios

-¿y esas mujeres?- pregunto Gregory al ver un pequeño grupo de mujeres salir de la casa de Jean Pierre DeLorne, padre de Christophe y dueño de la casa donde se había estado alojando Gregory

-son las perras de mi padre- respondió el topo de forma despectiva

El padre de Christophe era un hombre misterioso, amable, si, pero también misterioso, Gregory lo conoció el mismo día en que conoció a Christophe, lo había visto beber y charlar animadamente con sus padres ese día, suponiendo entonces que eran viejos amigos (si estaba en esa fiesta tenia que serlo ¿no?) al igual que con el resto de los amigos de su padres Gregory llego a pensar que el señor DeLorne era algún empresario, político o incluso aristócrata, pero nada mas alejado de la realidad

-ya sean drogas, alcohol, mujeres o cualquier mierda de París mi padre lo domina todo - expreso Christophe con orgullo 

-¿y no tienen problemas con la policía?-

- la policía trabaja para nosotros ¡somos los malditos dueños de esta ciudad!-

Fue como si un nuevo mundo se abriera para Gregory, noches llenas de alcohol, sustancias ilícitas, las mas bellas mujeres que les servían mansamente, dinero hasta para quemarse, una vida sin restricciones de la que no pensó llego a disfrutar tanto, le encanto tanto que empezó a aborrecer su otra vida