Honey

El Precio De La Libertad

Honey

La vida de un paparazzi no era nada fácil, ya que a diferencia de los fotógrafos ordinarios, los paparazzis se adentraban mas a la vida personal de los famosos, lo cual obviamente no era del agrado de nadie y por esa razón los paparazzis era normalmente golpeados o perseguidos por los guardaespaldas de los famosos en cuestión, si bien la solución a esto era correr con todas las fuerzas del mundo, no era la solución idónea para Jimmy Valmer, quien desde niño presento problemas para caminar correctamente y eso le había condenado a pasar el resto de su vida unido a sus muletas, ahora bien ¿que hacia Jimmy trabajando en un oficio donde huir era tan importante? fácil, el dinero, a un paparazzi se le pagaba mucho mas que a un simple fotógrafo, y si algo necesitaba el joven Jimmy era mucho dinero para pagar su carrera de fotografía y las cuentas pendientes

Jimmy se encontraba caminando por una de las zonas mas caras y elitistas de la ciudad, el tipo de lugar lleno de restaurantes y bares donde un solo platillo o trago podría costar el sueldo de todo un mes para un simple asalariado, no era un lugar para gente como él, pero si para gente rica que podía darse esos lujos, políticos, famosos o celebridades, justo la clase de gente que Jimmy buscaba para fotografiar y obtener un buen chisme, pero hasta esas horas de la noche no parecía haber nada bueno, ya muy cansado Jimmy pensó que lo mejor seria retirarse, pero al pasar por la ventana de un fino restaurante se encontró con un grande del mundo de la farándula, el cual cenaba con una chica muy bonita, pero no lo suficiente para ser una modelo o actriz, su cara le era desconocida, Jimmy tomo un par de fotos a pareja y después se fue sutilmente de ahí, ya después le preguntaría a Strong Woman si le servia la foto para la revista de sociales

ooo00ooo

-¡pero miren a quien tenemos aquí! al topo y al mismísimo diablo en persona! buenas noches, caballeros-

Saludo Corey Lanskin a los hombres que acababan de entrar a su pequeña oficina, la cual se encontraba un viejo edificio al poniente de la ciudad, cercano a la zona rosa, Corey era un tipo joven atracctivo de cara amable y voz suave que fumaba un cigarrillo, a simple vista podría parecer un buen sujeto, pero en realidad era un hombre enfermo, cruel y déspota

-buenas noches, Corey - saludo el topo, Damien ni siquiera se molesto en saludarlo- vengo por la mercancía de Gregory-

-¿donde esta Greg? creí que vendría el mismo a verificarla-

-Gregory no pudo venir, nos mando a nosotros en su lugar...¿son quince chicas, no?-

-si, asi es...espera un momento ¡PATTY, PATTY!- le grito a una joven mujer que a los pocos minutos se asomo tímidamente por la puerta

-s...¿si? Corey-

-trae a las chicas ¡PERO RÁPIDO!- le ordeno chasqueando los dedos, Patty asintió y salio rápidamente a buscar a las otras chicas

-no sabia que Patty Nelson estuviera aquí contigo - comento Christophe

-es algo estúpida y lenta, pero me sirve para preparar a las putitas que se van al burdel

-¡je! y pensar que terminaría contigo, recuerdo como el gordo de Cartman quería que se fuera con él -

-¡oh! ahora que lo mencionas ¿como estuvo eso de que mataron al gordo?-

-fue un golpe interno, sus propios subordinados lo traicionaron, pasándose ademas al lado enemigo-

-siempre supe que ese gordo era un inepto - dijo Corey con burla - entonces ¿perdieron el control de las drogas?-

-si, por el momento si, pero estoy seguro de que Gregory ya esta pensando en como recuperarlo y hacer pagar a los traidores-

La puerta se abrió y al despacho entro Patty con quince jovencitas tras ella, todas con edades de entre doce y dieciséis años, parecían aterradas, tenían los ojos llorosos y algunas incluso temblaban, Patty se paro detrás de Corey, con la cabeza agachada, ocultando su mirada de pesar