Honey y Feldspar

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Las caderas de Tweek se movían frenéticamente sobre la entrepierna de su pelinegro amante, cabalgándolo de manera casi violenta, haciendo más profundas las penetraciones con cada sentón, los gemidos y jadeos de ambos amantes se mezclaban con la música de fondo del club, la luces neones en color purpura iluminaban sus cuerpos llenos de sudor y enrojecidas mejillas

-ahg...Honey...mgh-

-¡ugh!-

El cuerpo del azabache no pudo aguantar por más tiempo la estrechez y calor del ajeno, con un ronco jadeo llego al orgasmo mientras su semen salía y llenaba el interior del rubio, Tweek arqueo su espalda del placer al sentir el líquido caliente en su interior y escurrir entre sus glúteos, termino viniéndose en ambos vientres, después de unos segundos de éxtasis, ambos terminaron acostados en la cama, recuperando el aliento y abrazados en silencio, Tweek cerró los ojos recostándose en el pecho del más alto, escuchando el latir de su corazón, secretamente era lo que más le gustaba hacer después de tener sexo con Feldspar, sin embargo solo duro unos minutos

-tengo que irme- dijo el azabache moviéndose para levantarse de la cama

-ngh- Tweek se hizo a un lado y lo miro un poco frustrado, le hubiese gustado tenerlo al menos hasta la madrugada – ya veo...tienes asuntos que atender-

El pelinegro no respondió, se levantó de la cama y tomo su ropa la cual se encontraba en el suelo, empezó a vestirse rápidamente ante la atenta mirada del rubio que lo veía sentado en la cama y cubierto con la delgada sábana blanca

-también me hubiese gustado quedarme – dijo mientras se ajustaba el cinturón- pero surgieron imprevistos Honey, te prometo que la próxima vez vendré y me quedare hasta la madrugada-

Sin esperar contestación y ya vestido, se acercó a la cama y tomo al rubio del mentón para que le volteara a ver directamente, sus ojos se encontraron por varios segundos en los que se miraron profundamente, Craig se acercó hasta los labios ajenos y deposito en ellos un beso suave y gentil, muy diferente a los apasionados que solía darle, pero por alguna razón se sentía más significativo

-volveré, Honey...-

Tweek se quedó atrapado entre esas palabras mientras veía al azabache salir por la puerta, una vez que se supo solo no pudo evitar que un suspiro de frustración y tristeza saliera de sus labios, se recostó en la cama mientras miraba el techo

Es un criminal, hará cosas malas esta noche, posiblemente los descubra la policía, tal vez haya disparos, tal vez muera

Tweek se dio un golpe en la frente por pensar esas cosas, un nudo incomodo se formó en su estómago y se sintió enfermo, odiaba esa sensación, odiaba preocuparse tanto así por un desconocido, porque si, Feldspar era un desconocido, sabía cuál era su bebida favorita, cuál era su marca preferida de cigarrillos, cuantos tatuajes tenia y a que se dedicaba, pero no sabía nada más aparte de eso, era frustrante saber su realidad...

Estaba enamorado de un verdadero desconocido

oo00oo

-hey, te tardaste-

Fue lo primero que dijo Clyde después de que Craig subiera al lujoso auto negro que lo esperaba fuera del club nocturno, el pelinegro no hizo mucho caso a la queja de su compañero, se sentó en el asiento del copiloto y le levanto el dedo medio como siempre lo hacia

-si así iban a ser las cosas yo también pude haber entrado y...-

-déjalo así, Clyde –dijo la serena voz de un joven hombre de piel obscura que viajaba en el asiento trasero del auto – tan solo ocúpate de llegar a nuestra reunión lo más pronto posible-

HoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora