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La piel de Jack se erizó al sentir la gruesa y ronca voz de Finn susurrando en su oído.

Finn se sentó del otro lado de la mesa.

—Gracias, Finnie...

—¿Gracias porqué? Tu mereces esto y más,  estoy seguro de que jamás terminaré de agradecerte la felicidad que trajiste a mi vida-Jack quería hablar, pero Finn seguía.

—Recuerdas el tipo de persona que era cuando nos conocíamos? Por dios... por alguna razón hacía que las personas pagaran por mi propio dolor.-Finn sonrió- Conocerte a ti fue lo más lindo que me ha pasado-Finn tomo la mano de Jack.

—Aveces me dejas sin palabras, Finn...-Jack estaba conmovido.

—Quiero que sepas que tú eres mi vida, Jack. Si algo te pasa, no se que sería de mi.-Los ojos de Finn brillaban.

—Disculpe, ¿Están listos para pedir?-Un chico se acercó a Finn y Jack.

—Si...-Ambos pidieron.

Los minutos pasaban y Finn y Jack sentían como su corazón latía rápido con una sonrisa del otro.

Ambos sabían que no serían nada sin el otro.
Se amaban demasiado, y aunque muchas veces no es bueno amar tanto a alguien, esta vez era perfecto.

Era como si la vida ya les tuviera ese camino predeterminado.
Estaban destinados a estar juntos.
Ha ser felices juntos.

Los chicos se pusieron a recordar momentos de cuando iban en el colegio.

Recordaban lo terco que era Finn con Jack.

Recordaban como Jack  recibía mensajes lindos de Finn. Los cuales hasta la fecha sigue mandando.

También comenzaron a charlar sobre lo difícil que fue para ambos estar tanto tiempo separados.

Pero después de todo... ellos lograron volver a estar juntos.

Las horas pasaron, el fuego de las velas se extinguió, las velas se consumieron, los chicos terminaron su comida. Había llegado la hora de acabar aquella linda y romántica velada.

Ninguno de los dos quería, pero debían.

—Me puede dar la cuenta?-Finn llamó al chico que los había atendido.

—Claro.-El chico entregó una carta negra que tenía el recibo de la comida dentro de este. Este chico se marchó.

—Finn, porque no me dijiste que este lugar es tan caro?- Jack miraba la cuenta de lo que habían comido.

—No importa cuánto cueste-Finn sacó su billetera y puso el dinero en el sobre negro.

—En el camino venía pensando en esto... Yo no aporto nada a la casa, tú me mantienes-Jack no estaba feliz siendo un "Mantenido"

—Porqué piensas eso?-pregunto Finn.

—Porque es la verdad, tú eres el único que trabaja. Y ni siquiera puedo hacer algo de ayuda en casa, ya que tú contratas sirvientas.-Jack se notaba disgustado.

—Quiero que vivas cómodo-Mencionó Finn.

—Pues la verdad me siento inútil...

—Si quieres, ya que vuelva del viaje, hablamos sobre eso y pues veremos que puedes hacer para no sentirte así-Finn le sonrío a Jack y salieron del restaurante.

[En el auto]

El celular de Finn suena.

—Si? Ah, ya voy para allá.

•Solo tuyo~Fack•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora