Capítulo 1✔

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Oscuridad.

Todo lo que veía era un templo negro a unos metros de mí, donde en él reposaba el cuerpo de una fémina que lucía un precioso y alegre vestido blanco. Era la única luz en la tenebrosidad atosigante en la que nos encontrábamos solo las dos. Ella y su vestido eran lo único ameno. Una mujer de rasgos griegos que portaba con belleza una melena castaña brillante y bien cuidada. Su piel nívea y perfecta que me dejaba absorta en mi posición. Todo lo que tocaba lo hacía con delicadeza, con una sutileza que podía dejar embobado a cualquiera y lo digo porque estoy así, no sé si es por la mujer en su totalidad o los movimientos cautelosos que hacía.

Doy un paso a ella, pero su rostro me deja en mí mismo lugar petrificada, no comprendo muy bien si es por su persona o por lo que me hace escuchar.

«Felicidades, Querubín»

La ovación llena de aplausos, gritos, ajetreo y demás me calan en los oídos por completo sacándome de esa visión y haciéndome saber que una vez más hemos recibido el primer premio a las estatales de porrismo. Mostrando una vez más que nuestro instituto siempre estará en alto por su gran desempeño en las diversas áreas de aprendizaje.

Las chicas a mi lado saltan y chillan emocionadas, se abrazan y se felicitan entre ellas mientras yo solo observo en medio de toda la festejación y el alboroto que genera mi grupo.

―¡Ganamos Vee! ―Estalla su grito en mi cara Alessia, mi mejor amiga desde la infancia―. ¡Joder, que lo hicimos de nuevo!

Mi rostro enseguida se contrae ante la tosca palabra de Sia.

―¡Nos llevamos el premio a donde debe de estar! ―Otro chillido es expuesto cerca de mi oreja obligándome a inclinarme al lado contrario de esa persona―. Los chicos del equipo están festejando desde las gradas ¡Mira a Evan, Vee!

Aturdida busco con la mirada a mi novio y por consecuencia sonrío genuina viendo cómo festeja y le hace barras a mi grupo. En dado momento sus ojos solo me ven a mí y con alegría gesticula con los labios:― Ganaste.

Despierto de mi trance y termino de caer en cuenta de que por segundo año consecutivo hemos obtenido el trofeo de primer lugar. Ganándole una vez más al Instituto Petherson, nuestros rivales desde tiempos inmemorables.

Abrazo a cada una de las chicas felicitándolas por el arduo e increíble trabajo que hicieron.

Padre me suele decir que el mejor líder es aquel que comparte su triunfo con su equipo.

Tenemos nuestro momento donde nos damos un abrazo grupal y coreamos nuestro lema... o mejor dicho el del instituto.

Detengo mi canto cuando unos brazos me rodean la cintura y me alejan del circulo que baila y canta alrededor del enorme trofeo. Me giro asustada, pero me fijo que quien me tomó fue Evan, le termino sonriendo y enrollando mis brazos en su cuello atrayéndolo a mí.

―Felicidades, pequeña ―Su voz ronca y un poco gruesa me da escalofríos en el buen sentido.

Une nuestros labios de manera lenta, dándome un beso sensual, provocador y lleno de ansias.

No me cansaré de besar a Evan, es imposible que haya mejores labios que los suyos o mejores besos que los que él me sabe dar.

Él fue el primer chico en acercarse a mí cuando llegué al instituto hace dos años. Él fue quien me unió al grupo donde hoy en día me siento en familia, son grandes personas, cada uno con su forma de ser pero que al momento de juntarse solo se acoplan entre sí y crean un buen ambiente.

Aunque, conozco a Alessia desde que éramos unas niñas, nos separamos cuando ella se mudó de estado y perdimos contacto. Hasta que yo también me mudé y me inscribieron en el Instituto Clarkston. Nos reencontramos, y créanme cuando les digo que fue el mejor primer día de clases, más cuando ambas nos inscribimos para ser porristas y ella también formaba parte del grupo de Evan.

Fingiendo ser ella ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora