Capítulo 14✔

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―¡Lánzate!

¿Qué me lance? Está loco.

Nos encontramos en un lago que tiene una cascada hermosa. El lago es precioso, tiene pinos y otros tipos de árboles por todos lados y unas cuantas flores regadas por ahí que le dan más vida al lugar de aguas profundas pero cristalina.

Esta mañana, luego de que me duchara y me arreglara para estar en casa con el tío Jack y tal vez echarme un chapuzón en la piscina de atrás, llegó Colton a tocar la puerta de mi casa y me dijo que buscara un traje de baño porque nos daríamos un chapuzón en un lago enorme y muy poco conocido. No me dejó refutar, literal me tomó por las piernas y me cargó sobre su hombro subiéndome hasta mi alcoba donde me obligó a buscar ropa para el día.

Lo único que me descompuso la mañana fue escuchar a mi tío decirme que hoy llegaba mi padre a la casa y la verdad es que no tengo ganas de verlo aún, por lo que mi expresión dejó eso claro.

Cuando llegamos solo había unas cinco personas, pero poco a poco se fueron y hemos quedado nosotros solos. En estos momentos me encontraba en una piedra que estaba a una altura considerable del agua, de aquí todos se avientan para darse un famoso clavado. Pero yo, yo veo esto muy alto.

―¡Colton mejor me bajo como me subí!

Escalando unas piedras, así llegué hasta aquí arriba.

―¡Si bajas de esa forma puede ser peligroso!

Veo las piedras que escalé y tiene razón, pongo el pie donde no es y puedo darme un mal golpe en la cabeza.

¡Diablos! ¿Quién me mandó a mí a subir?

―¡Está bien!

De que me lanzo, me lanzo.

«Mi mamá me hizo una mujer hecha y derecha. Mi mamá me hizo una mujer hecha y derecha...»

Me repito sin cesar en mi cabeza hasta que corro hacia la punta de la piedra y cojo impulso para aventarme y caer al agua sintiendo la adrenalina correr por mi cuerpo. Me sumerjo en el agua cristalina hasta que comienzo a nadar hacia la superficie e inhalo el aire que me faltaba. Giro mi cabeza para ver a Colton y este me sonríe.

―¡Ahora lo hacemos los dos juntos! ―grito emocionada nadando hacia la enorme roca.

Atrás mío escucho la risa de mi acompañante junto al sonido que hacen sus brazos al impactar con el agua para poder nadar.

Termino de subir y más atrás veo a Colton haciendo lo mismo.

―Te gustó ¿no es así?

―Está genial ―afirmo con entusiasmo.

Ambos agarramos impulso corriendo hasta la punta donde de un salto brincamos hacia el agua fresca.

Colton había traído algunos aperitivos dulces para comer algo si nos apetecía, toda la mañana y parte de la tarde se va en estar dentro del agua, hablar y hacer carreras de quién llega primero a tal sitio. Yo siempre le ganaba y es que en ocasiones el brazo a Colton le molestaba, aunque no me lo demostraba, solía decir que era algo mínimo que se le pasaba al instante. Luego de eso decidí cambiar eso por otra actividad de ver quién aguantaba más tiempo estando debajo del agua y bueno, ahí sí y ganó él que duró casi dos minutos y por un momento me asusté.

Después de esa tarde llena de risas, diversión y gritos de entusiasmo, nos encontrábamos sentados en las rocas esperando a secarnos un poco con el sol, pese a que había toallas.

Me estaba comiendo una galleta mientras lo escuchaba hablar sobre el futbol americano, es su pasión por lo que demuestra, de hecho, quiere aplicar a una universidad donde tengan buenas referencias de este deporte, me nombró varias, pero ninguna queda aquí en Washington, todas son en otros estados que quedan a horas y horas de aquí.

Fingiendo ser ella ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora