•ᴛʀɪᴘʟᴇ ᴄᴏɴғᴜsɪᴏ́ɴ• (Sonic, Shadow, Silver y Tú)

IV

•Narra (T/N)•

Era mi primera noche aquí, en la casa enorme donde vivían la mayoría de personitas presentes cuando desperté; a excepción del erizo azul, el zorro, el azabache, el plateado y la gatita lila; que ví que abandonaron la casa después de despedirse de todos. Ante sorpresiva situación en la que me encontraba ahora, me era imposible dormir.... Los grillos cantaban y la noche era bastante calmada. Mañana sería el primer día de investigación y Sonic, junto con los otros dos erizos, serían el apoyo de Tails en esto. Realmente me encantaría recordar ciertas cosas que me pasaron antes de terminar aquí pero, tenía la mente en blanco; no podía recordar nada y quizá dejarme ayudar por estas personas sería ventajoso, para después irme de aquí.

Mientras pensaba en cientos de cosas, se escucha un fuerte ruido en la ventana, haciendo que me levantara de golpe y observara detenidamente: Alguien estaba lanzando piedras desde afuera.

Caminé lentamente hacia donde estaba el ruido —¿Quién eres?— Cuestioné mientras abría la ventana.

De lejos, distinguí unos ojos color carmesí mirándome fijamente. Parecía ser el erizo amargado que me había salvado junto con los otros dos. 

—(T/N), soy Shadow... ¿Podrías bajar un rato? Necesito hablar contigo— El azabache era quien estaba lanzando las pequeñas piedras, gran sorpresa.

—Interrumpiste mi hora de dormir— Dije mientras me cruzaba de brazos, intentando comprender el motivo implícito de su visita.

—Oh vamos, sé que en realidad no duermes— El erizo sonreía confiado.
—Por favor, me encantaría hablar contigo y mostrarte la ciudad— Su excusa parecía convincente así que, accedí.

—De acuerdo, lo haría pero... No puedo bajar, despertaría a todos y no quiero problemas.— Susurré, mientras Shadow me miraba.

En eso, una extraña luz me cubre y de un momento a otro aparecí a lado de Shadow.

—Lo siento, pero tus excusas no me valen— El azabache guarda una brillante esmeralda en su bolsillo y comienza a caminar, dejándome atrás.

—¿T-Tú lo hiciste?— Me toqué la cabeza, algo mareada.

—Solo te ayudé a bajar, es todo— Respondió.

—Ahora ven, te enseñaré Mobius.—

Así fue como Shadow y yo tuvimos nuestro primer encuentro "amistoso", fue agradable pero a la vez algo extraño ya que seguidamente me hacía preguntas referentes a mi pasado y en cómo había terminado en la fortaleza del tal Doctor Eggman, cosa que yo no recordaba.

Después de un rato, me llevó a la mayoría de atracciones turísticas de la ciudad, convencido de que le estaba diciendo la verdad. Aunque realmente estaba algo sorprendida al ver que todos se movían del camino al notar que Shadow se acercaba a ellos.

De un momento a otro, Shadow me había llevado a un bosque algo solitario. Al ver que el erizo se sentaba en un tronco, imité la acción.

—¿Por qué me trajiste aquí?— Pregunté mientras observaba a mis alrededores.

—Quería estar totalmente a solas contigo— Contestó mientras me miraba a los ojos.

—Bien, aquí estamos... ¿Qué pasa?— Personalmente seguía con dudas, haberme traído a un lugar solitario y oscuro no era lo más seguro del mundo.

—Estuve dudando de tí durante todo el camino, insistía con preguntas respecto a tu pasado porque desconfiaba de la veracidad de tu actitud tan ingenua y amigable a pesar de habernos conocido recién pero, me di cuenta de que no debería desconfiar y que realmente necesitas ayuda. Así que, me disculpo.— El de ojos carmesí mira hacia otro lado, avergonzado.

—¿Una disculpa? ¿Pero por qué? Estuviste en todo tu derecho al desconfiar de mí— Contesté.

Shadow traga saliva, dispuesto a contarme lo que le inquietaba.