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  Oh Dios mío, cariño, ¿no ves?
Tengo todo lo que necesitas...

Las cosas solo mejoraron para Lydia en el último tiempo. El grupo de amigos estaba más separado que nunca, Scallison se había ido por la borda con la muerte de la madre de mi mejor amiga, esto la había afectado y cambiado. Ya no solo no le hablaba a Scott, sino que a mí tampoco, me evitaba completamente.

Scott, Stiles y yo tampoco hablábamos desde esa noche, ellos ya tenían sus propios problemas con sus padres. Melissa ni siquiera quería estar en la misma habitación que su hijo, no podía mirarlo a los ojos y Stiles y su padre apenas hablaban, cuando lo hacían todo era tenso y cortante.

A todo esto había que sumarle que Boyd, Érica y Isaac estaban desaparecidos. Bueno, este último no tan desaparecido ya que habló con Scott para decirle que Jackson jugaría esta noche en el partido. Eso no podía ser bueno sabiendo que Gerard, quien ahora controlaba al kanima, también estaría ahí.

—Tal vez no deba ir al partido de esta noche, si Jackson mata a los jugadores, al Entrenador no le quedará otra opción que meterme.— Habló Stiles durante el almuerzo. Era el primer almuerzo juntos desde hace días, aunque era a medias porque Scott ni siquiera estaba con nosotros.

—Creí que llevabas temporadas enteras queriendo jugar lacrosse.

—Sí, pero todo ese tiempo no había sido más que una fantasía lejana. Si entro a la cancha lo arruinaré.— El chico pinchaba sus verduras como si el hambre se le hubiera ido.

—Yo creo que lo harás genial.— Sus ojos avellana se levantaron de golpe para mirarme, tal vez esperando un giro sarcástico, pero mi frase había terminado ahí.

—No hace falta la compasión. Ya hemos comprobado que los deportes no son lo mío.

—En serio, Sty, yo creo que eres bueno en lacrosse. Solo necesitas tener un poco más de confianza en ti.

Se me quedó mirando por unos momentos, como si mis palabras hubieran sido el descubrimiento más grande de la humanidad.

Pero yo no estaba de humor para ir a ver un partido de lacrosse que terminaría con una muerte, no si no podía ayudar. Quería saber qué cosas podía hacer y sabía quién podía ayudarme.

Entré a la veterinaria ignorando el cartel que avisaba que el lugar estaba cerrado. Sentía a Deaton dentro.

—¡Está cerrado!

—Supongo que se me está pegando la anarquía de Elisa.

—Estaba esperándote desde hace tiempo. Conozco cosas sobre tu familia materna que podrían interesarte.

El hombre me llevó a la parte de adentro de la veterinaria luego de asegurarse de que la puerta de entrada estuviera bien cerrada, como si no quisiera que otro anarquista que ignorara el cartel interrumpiera nuestra charla.

—Se supone que cuando te muerde un Alfa hay dos opciones. O te conviertes o mueres, pero a mí no me pasó lo mismo que Scott.

—Porque eso es si muerde a un humano.

—Es imposible que yo no fuera humana antes de la mordida, mis dos padres son humanos.

—Pero tú nunca conociste a las familias de tus padres. La familia Smith no tiene nada en especial, pero la familia de tu madre, los Edevane... Lo sobrenatural corre por tus venas, Megan. Conozco a los Edevane desde hace mucho tiempo, tú le haces justicia al apellido, todo tipo de criaturas sobrenaturales han estado en tu familia materna. Banshee, cazadores, druidas y algún que otro darach, sabuesos del infierno, fénix, hombres y mujeres coyote, jaguar y lobo. Kanima, Kitsune, Wendigo y, por supuesto, humanos, aunque muchos de estos se convertían en quimeras para no quedarse en el olvido de la familia.

REMEMBER | Teen Wolf ① [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora