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17. Lujuria en el gimnasio

Hyunjin y Jeongin llevaban tiempo yendo juntos al gimnasio para ejercitarse, aunque ambos casi siempre miraban al contrario.
Era inevitable

Ahora que empezaban a ser unos adictos a lo sexo, sus miradas se volvieron muy lujuriosas con respecto al otro. Solo un ciego no se habría dado cuenta.

A Hyunjin le encantaba el cuerpo delicado y lleno de curvas de su dulce novio. Con esos pantalones cortos que resaltaba sus glúteos y esas camisetas cortas ligeras que dejaban ver parte de su abdomen y los pezones endurecidos, hacían que se le cayera la baba con su pequeño, quien era tan lascivo sin pretenderlo que algún día le daría un ataque.

Con respecto a Jeongin, éste estaba encandilado con el cuerpo medio musculoso de su alto novio. Sus camisetas de tirantes dejaban mostrar bien sus brazos.
A veces su mirada se desviaba hacia abajo para ver el bulto del alto se notaba tras los pantalones, que a pesar de ser algo anchos, se llegaba a notar. Se relamía mucho los labios.

Hyunjin siempre paraba su entrenamiento para ver a Jeongin hacer sentadillas.
A veces se sentaba en algún banco alejado y se masturbaba ligeramente tras el pantalón.
Es que las sentadillas de Jeongin eran mucho para su autocontrol, ya que le daban ganas de follar su culo bien formado por detrás durante horas.
Jeongin sabía que a veces su hyung lo veía detenidamente, así que fingía no darse cuenta nunca y en ocasiones se agachaba el doble y entreabría su boca para soltar pequeños jadeos.
También estiraba los brazos, para que tuviera una buena vista de todo su torso y viera sus pezones duros con el sudor.
Sonreía mientras de forma inocente pero sabía que su hyung intuiría que esas veces eran intencionadas.
Hyunjin se sentía tentado a mandar todo a la mierda, le excitaba tanto su novio que hubo ocasiones en las que tuvo que correr a los baños a masturbarse. Otras tenía que alejar a los pervertidos que intentaban insinuarse a su novio.

Odiaba que su pequeño fuera un imán para chicos hormonales. Solo él podía estar con el pequeño.

Jeongin, en su lugar, hacía "descansos" para ver a su novio con las pesas aunque a diferencia de Hyunjin, él se sentaba cerca suya para contemplarlo. Al alto le agradaba ver que su pequeño le observara así que siempre intentaba mejorar y lucirse.

Para el menor, ver a Hyunjin sudado con esas pesas de 10kg le hacía mal a su mente que imaginaba mil escenas.
Esos brazos fuertes que tenía su novio eran simplemente perfectos para sujetar su delgado cuerpo y hacer mil posiciones.

Sonreía con orgullo y odiaba cuando alguna zorra se acercaba para coquetear, obligándole a aparecer y recalcar lo que es suyo.

-Perdona, pero es mío- decía Jeongin abrazando a Hyunjin con un puchero y pasaba sus manos por su cuerpo, haciendo que el mayor le respondiera acariciando su cabello.

Hyunjin amaba ver que su pequeño también sentía celos ya que así no se sentía mal al ser muy celoso, pero lo quería tanto que nunca le ha dado motivos para sentirse inseguro.

Así son sus días en el gimnasio. Ambos nunca negaban ir juntos.

Hoy asistieron juntos a una clase de pilates y ambos fueron atacados por las chicas de la clase debido a su belleza, aunque las que estaban cerca de Hyunjin eran más atrevidas y eso molestaba a Jeongin, ya que ellas tenían mejor cuerpo y le hacían sentirse inseguro.

En el caso de Hyunjin, no le gustaba cómo el segundo profesor de ese día miraba a su novio.
Era un hombre joven, de aproximadamente 30 años.
Hyunjin no quería que Jeongin se fijara en él ya que tenía mejor cuerpo y era muy guapo.
Además, esos leggings deportivos ajustados que llevaba Jeongin empeoraban la situación.

Ese inútil siempre buscaba la oportunidad de acercarse a Jeongin para "ayudarle" tocando ciertas partes de su cuerpo.
Además que siempre miraba su culo mientras se mordía los labios.

Hyunjin gruñía y acercaba más a Jeongin a su cuerpo, quien sonreía un poco y le sacaba la lengua a las zorras que estaban cerca suya.

Ambos estuvieron bastante inquietos durante toda una hora, Jeongin quiso ir al baño durante la clase y al salir de los vestuarios, se encontró con Hyunjin acercándose a él para devorar sus labios.

Esas inseguridades se esfumaron al instante en el que ambos dejaron fluir la pasión que tenían por dentro.
Les encantaba cuidarse e ir al gimnasio, pero si podían ir con el otro, era mejor plan.


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Quiero más~Hyunin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora