Derrotar al enemigo de toda la humanidad, y al final, ser arrastrado por el...
Creer que todo esta perdido, y ya no poder volver a ver tu familia...pero la vida, o más bien, un ser de gran poder, te da una segunda oportunidad, y así poder conseguir...
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--Dimensión 206--
Nueve meses han pasado desde la muerte de un ser muy querido en Fairy Tail, pero más que meses, para ella parecían años los que habían pasado...
Y enfocándose en ella, en una pequeña casa cercas del bosque, dentro de dicha casa se encontraba una albina que dormía pacíficamente.
Eran las seis y media de la mañana, y en ese momento la albina despertó con una sonrisa. La bella mujer empezó hacer lo mismo que hace todas las mañanas.
Levantarse, bañarse, desayunar y al final de todo eso, salir por la parte de atrás de su casa, solo para recoger algo.
Esa era la rutina diaria que aquella joven adquirió, y siempre finalizaba esa parte a las siete con veinte.
Cuando la albina salió de su casa, solamente llevaba una pequeña canasta, un pequeño pañuelo y un poco de papel grueso.
Al adentrarse al bosque, escuchaba los sonidos de los diversos animales y poder sentir el aroma a bosque mientras caminaba, lo cual la relajaba, para después de cinco minutos, llegar a su destino.
Y al llegar a tal punto, pudo apreciar un pequeño jardín al natural que era adornado por unas hermosas y bellas flores blancas, rosas y moradas, que hacía que el lugar se viera aún más hermoso.
La joven albina solo se arrodilló un poco, para proceder a cortar unas cuantas flores de los tres colores.
Ya que ella cuidaba ese pequeño jardín con gran amor, por que no quería que esa belleza se perdiera.
Al finalizar su acto, ella se dispuso a colocar todas las flores en el papel que llevó consigo, así haciendo un ramo de flores muy hermoso, para después, disponerse a irse de ese lugar y salir del bosque, para ir a ver a alguien.
Ella caminaba a paso tranquilo y relajado, aun era muy temprano, por lo tanto no había mucha gente en la ciudad a esa hora.
Y después de unos minutos, llego a una esquina de un establecimiento, que le indicaba que al girar por ese lugar, llegaría pronto a su destino.
Ella solo prosiguió a caminar nuevamente a paso suave, y al dar por esa esquina, a unos cincuenta metros de distancia, pudo visualizar a una persona.
No le tomó mucho tiempo solo para quedar enfrente de aquel sujeto, pues al llegar ahí, ella solo apreciaba a la persona a la que quería ver.
Con una bella sonrisa, ella entregó las hermosas flores que recogió de su jardín secreto, para después de eso, ella procediera irse a sentar a unas bancas que estaban cercas de ella.
Al sentarse, ella sólo abrió la canasta que llevaba consigo, en el cual había unos emparedados que llevó a ese lugar para degustar junto a su acompañante.
