Derrotar al enemigo de toda la humanidad, y al final, ser arrastrado por el...
Creer que todo esta perdido, y ya no poder volver a ver tu familia...pero la vida, o más bien, un ser de gran poder, te da una segunda oportunidad, y así poder conseguir...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
--Reino de Arrendelle--
--12 de la tarde--
El cielo de aquel día, el cual era soleado y hermoso, se estaba convirtiendo en un ambiente nublado y fresco con el pasar de los segundos.
La hermosa reina de aquel lugar, corría por los pasillos de su castillo con gran agitación y desesperación, con tal de encontrar aquel chico que le cambió la vida.
¿Pero por qué tenía este presentimiento tan extraño?, ¿que era esta sensación de peligro que sentía?, ¿que era esta corazonada tan fuerte?... -se preguntaba Elsa para si misma con un rostro preocupante.
Y al estar cercas de la puerta principal de su castillo, Elsa pudo ver a los príncipes del sol justo a su vista.
Así que al llegar a ellos, pregunto si sabían en donde estaba Natsu, sin embargo, la respuesta que recibió de su prima fue negativa, afirmando en no saber dónde estaba.
Oye Elsa, ¿ocurre algo?. -preguntaba Rapunzel algo confundida por el comportamiento de su prima.
No es nada prima, es solo que tengo que encontrar a Natsu lo antes posible. -dijo Elsa con una respiración agitada.
Bueno, casi como media hora antes, pude escuchar a Natsu hablando con la pequeña niña, diciendo algo así de un regalo... -dijo Eugene con seriedad, recordando lo que vio.
¿Un regalo?... -se preguntó Elsa algo confundida.
Prima, ¿si quieres podemos ayudarte a buscar a Natsu?, y creo que también a la pequeña Perla, ya que no la e visto por ningún lugar. -dijo Rapunzel con una sonrisa, tratando de calmar a Elsa.
Está bien, ¿pueden buscar a Perla con los del pueblo?. -preguntó Elsa un poco más relajada.
Si, está bien prima, no te preocupes por eso. -confirmo Rapunzel con una sonrisa, mientras que Eugene solo asentía en afirmación.
Pero justo antes de decir algún otra cosa, Anna había llegado en ese momento donde estaba su hermana.
¡Elsa!, ¿por que corriste de esa manera?. -preguntaba Anna con cansancio.
Anna, necesito que te quedes aquí para que estés al pendiente de lo que suceda. -dijo Elsa con un rostro preocupante.
¿Por qué lo dices hermana?, ¿acaso ocurre algo?. -preguntaba Anna con mucha confusión.
Te lo diré luego Anna, por el momento necesito que te quedes aquí en lo que yo salgo. -dijo Elsa con la misma expresión.
E, si, está bien hermana... -respondía Anna algo dudosa.
Así que después de eso, Elsa salió corriendo en dirección a las grandes puertas de su reino, sin embargo, antes de poder siquiera cruzar las grandes puertas, algunos gritos a la lejanía se podían escuchar.
