Arrastré mi cuerpo privado de sueño a través de los pasillos poco luminosos, deslizando mis pies mientras avanzaba. Apenas tenía energía para caminar; estaba tan cansada. Las terroríficas teorías de James me tuvieron despierta la mitad de la noche, con la mente llena de un sin fin de suposiciones y explicaciones.
Lo que James había señalado tenía sentido. Harry parecía ir un paso por delante y siempre aparentaba saber lo subyacente de la situación en cuestión. Era inteligente, así como poderoso. Incluso aunque estuviera encerrado en su celda la mayor parte del día, se enteraba de las cosas. Había encontrado el sótano demasiado rápido durante esa tormenta. Y si de verdad asesinó, incluso a más mujeres de las que me había imaginado, ¿qué mejor manera de alejar las sospechas de ti actuando como el que simplemente se topó con los cuerpos?
Además, parecía uno de esos tipos cuya mente podría dominar la manipulación. De alguna manera pudo haber chantajeado o influenciado a algún guardia para que le dé las llaves. Incluso podría estar trabajando con Thomas. Tan sólo con la manera en la que habla, con ese tono condescendiente como si tuviese algún plan contigo, le hacía parecer un villano. Después de todo, es un asesino. No es como si no hubiese despellejado a tres mujeres antes.
James me había explicado todas estas cosas cuando me llevaba de vuelta a casa al salir del restaurante, y cada cosa que decía tenía sentido. Mientras más hablaba, más empezaba a creer que el asesino no era uno de los empleados.
Pero tanto como quería creer que ya habíamos encontrado al asesino, simplemente no encajaba. Algo estaba mal. Y no eran las teorías de James sobre Harry. Algo acerca de toda la institución no encajaba. Mi intuición argumentaba con mi consciencia, una parte de mi creía que era Harry y la otra parte sabía que, de alguna manera, no lo era.
Y ahora, mi mente estaba en todas partes y en ninguna parte, tratando de juntar todos los sucesos. Necesitaba respuestas. Respuestas sobre Cynthia, respuestas a por qué Kelsey estaba actuando de una forma tan extraña, respuestas sobre Harry, de verdad era o no el asesino. ¿Y qué mejor que preguntárselo al propio Harry?
Sabía que esto era probablemente estúpido, porque puede que me elija como su próximo blanco si sabe que voy a por él. Pero, de alguna manera, no estaba asustada. Y ya ni siquiera me importaba. Aunque sea por una vez, quería saber lo que estaba pasando. Entré en la cafetería y mis ojos buscaron, intentando encontrar a un chico alto con labios apetecibles.
Pero no encontré nada, sólo estaban los ojerosos cuerpos de zombies de los demás pacientes. Llegará tarde otra vez. Tomé asiento en la mesa que, extraoficialmente, se había vuelto nuestra. Coloqué la cabeza sobre mis brazos cruzados y dejé que mis ojos revolotearan, cerrándose. Sólo descansaré hasta que llegue. Para mantener mi mente ocupada, pensé en la noche anterior y en la expresión preocupada de James mientras me explicaba sus sospechas. Cuando salimos del restaurante estaba aliviada de no ver al acosador en las sombras, la persona que nos seguía se había marchado. También pensé en el abrazo que me dio James cuando me dejó en casa, recordé su olor a canela. Con esos pensamiento tranquilizantes tan sólo me llevó un minuto dormitar en una estado de somnolencia.
Estaba medio dormida cuando mi cabeza se levantó de golpe al escuchar a alguien aproximarse.
"Cynthia," dijo la voz ronca de Harry, sacándome de mi soñoliento estado. "Cynthia Porter." Sus oscuras cejas estaban fruncidas juntas, mientras deslizaba la silla que tenía al lado.
"¿Si?" Pregunté, frotándome los ojos. "¿Qué pasa con ella?"
Parpadeé un par de veces en un intento por despertarme, y miré a Harry fijamente y con expectación. Y cuando mis ojos exploraron su cuerpo, pude jurar que se volvía más atractivo con cada segundo que pasaba. Mientras más le mirabas, más te envolvía, arrastrándote a su oscuro mundo y haciendo que nunca más quieras salir de ahí. Fuertes músculos estaban presentes bajo su piel que seguía suave y bronceada, aunque no haya visto el sol en días. Su pelo era un montón de rizos despeinados, echados hacia atrás, lejos de sus llamativos ojos y exuberantes labios.