[ TERMINADA ]
Todos hablan de Elizabeth Goddess; una chica de diecisiete años que es humillada y maltratada por todos, gracias a un malentendido del pasado. La soledad la carcomía y las esperanzas de volver a ser feliz se estaban agotando estaba con...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Mucho gusto, mi nombre es Meliodas. Meliodas Demon —esbozo una sonrisa amable ante sus nuevos compañeros, en sus ojos se notaba una increíble determinación.
Todos posaron su vista en Meliodas excepto Elizabeth. Estaba llorando en silencio mientras se cubría su rostro, escuchaba los murmullos pero nada le interesaba, solo quería salir de su realidad.
—Muy bien señor Demon. Escoja su asiento para comenzar con la clase.
Meliodas enfoco su vista en la clase. La mayoría de lugares estaban ocupados, las chicas disponibles le guiñaban el ojo o acariciaban su cabello con coquetería y los chicos no hacían más que prestar atención en ellos mismos. No lo pensó más y eligió el lugar al lado de un chico de cabello azabache y ojos azules.
—Buena elección, mi nombre es Ludociel Archangel —se presento sin mirarlo, cruzando sus brazos por detrás de su cabeza.
—El gusto es mío, Ludociel.
—Bueno, sin más interrupciones, por favor saquen su libro de ciencias —ordeno mientras se acomodaba en su asiento —Pagina treinta, tema: El ecosistema —la clase saco sus libros con irritación —Derieri, comienza la lectura por favor —la mencionada se levantó con fastidio y acercó el libro a su cara, comenzando a leer.
Meliodas hecho un último vistazo a sus compañeros, todos parecían concentrados en la lectura a excepción de la chica del fondo; Estaba abrazándose a si misma con la mirada baja, miro a su al rededor notando como algunos la veían como si fuera una atracción de circo, ¿Por qué esa actitud hacia ella?
—¿Por qué la miras tanto? —le preguntó Ludociel, regresándolo a la realidad —Ella esta muy mal —le respondió con cierta modestia ante la anonada preocupación de su compañero.
—Nah, no te preocupes —le dijo con calma y un largo bostezo —Ella siempre es así —parecía lo más normal del mundo, pero Meliodas sabía que no era así.
— «Qué chico tan repugnante» —pensó el rubio en su interior.
—¿Cuál es su nombre?
—Elizabeth Goddess.
—Disculpen que me meta en su conversación, pero guapo tu siendo nuevo, mejor no te le acerques —Meliodas volteo a verla. Estaba frente a él, era voluptuosa y su cabello llevaba largas extensiones rosadas.
—¿Y eso porqué? —le preguntó con interés, ¿Acaso era algún tipo de monstruo?
—Es una prostituta.
—No hagas caso a lo inocente que se ve. —completo Ludociel sin despegar la vista de su libro de ciencias. Meliodas dejo de escucharlos por un segundo y volteo a ver a aquella chica solitaria.
—«Así que Elizabeth Goddess». —debía admitir que su nombre era caótico, se veía tan indefensa desde su punto de vista. Una curiosidad por conocerla se incremento en él.
