Los rayos del sol iluminaban toda la habitación, el chico de ojos verdes se encontraba admirando a la chica que yacía dormida a su lado. Para él, verla era uno de los mejores placeres de la vida; amaba ver cada facción suya, y grabarla en su mente, podía pasar horas y no se cansaría ni un poco de admirarla.
Estaba tan concentrado, dispuesto a darle un casto beso en los labios melocotones de la albina, hasta que el sonido del teléfono de casa lo sacó de sus pensamientos.
—Justo en el mejor momento —bufó con molestia, quitándose las sabanas de su cuerpo con cuidado para levantarse sin despertar a la chica. Depositó un beso en los dulces labios de su princesa, y antes de molestarla más, corrió escaleras abajo hasta la base del teléfono.
—[ Pizzería pepe, ¿Qué ordenará? ] —contestó el teléfono con una sonrisa ancha, sabía que su madre estaba rodando los ojos con sus malos chistes telefónicos.
Emily: [ ¿Cuándo vas a madurar? ]
Meliodas: [ Cuando Zeldris deje de fumar ]
Zeldris: [ ¡Idiota! ]
Emily: [ ¿¡Tu que Zeldris!? ]
Zeldris: [ No mami, no le creas, ¡no es cierto! ]
Meliodas: [ Si bueno, después lo matas, ¿a que se debe tu llamada mamá? ]
Emily: [ ¡Oh! Te vas a emocionar ]
Damián: [ Oh, a llorar ]
Emily: [ ¡Estamos a diez minutos de llegar a tu casa! ] -soltó con una voz chillona la madre del rubio.
Meliodas: [...]
Emily: [ ¿Hijo? ]
Meliodas: [ E-eso es maravilloso ma, ¡aquí los espero! ] -cuelga rápidamente-
Meliodas subió con grandes zancadas las escaleras, entró a su habitación, y lentamente se acercó a la cama, sentándose suavemente en ella; acarició el cabello de Elizabeth, moviéndola suavemente para despertarla.
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No Te Dejaré ¦ Melizabeth ©
Acak[ TERMINADA ] Todos hablan de Elizabeth Goddess; una chica de diecisiete años que es humillada y maltratada por todos, gracias a un malentendido del pasado. La soledad la carcomía y las esperanzas de volver a ser feliz se estaban agotando estaba con...