Extraños en el océano - Timothée Chalamet ✔️

Cap 2: silueta diáfana

Kid Bloom - I kissed a girl, and she kissed me

                                                                                         ☆☆☆

Pese a que los meteorólogos habían pronosticado un clima en extremo caluroso para aquel día, el estar al lado de la costa permitía llenarse los pulmones de un frescor lo bastante helado como para equilibrar la alta temperatura. Aquello era una de las pocas cosas que tranquilizaba a Cloe, que empeñada en pensar solo en lo negativo del viaje, al menos podía contentarse con que no se sentiría morir de calor como en sus otras vacaciones.

Sentados en unos bancos cercanos al gran navío al que en unos minutos tendrían que embarcarse, la familia Gibbons y la familia Chalamet se encontraban de lo más contentos planeando sus próximos días en el crucero y, eventualmente, en las costas europeas. Claro, a excepción de Cloe, que obstinada en mantener una expresión seria que revelara al mundo su profundo disgusto, se mantenía al margen de la situación, mirando a los transeúntes pasar o bien posando su mirada en el perfil de su querido chico, que había llegado con ella hasta allí sólo para despedirle.

Cloe notaba en la expresión de Lucca una incomodidad que intuía no solo era a causa de su inesperado viaje, porque le conocía demasiado como para saber que algo más lo mantenía distante y poco comunicativo; pero a decir verdad, ella se encontraba tan nerviosa y apesadumbrada como él, sintiendo que carecía de la energía y voluntad necesaria, además del tiempo, para tener una de esas conversaciones densas en las que pocas veces habían tenido la necesidad de adentrarse.

Sin embargo, escuchar la voz robótica anunciando que en pocos minutos tendrían que subir al crucero en uno de los parlantes del lugar le hizo sentir la necesidad de despedirse de él lo mejor posible porque aquella sería la única forma de que se embarcara sintiéndose al menos algo tranquila, y sin ese vacío que le quedaba al pensar en una despedida fría. Así que decidida a arreglar el misterioso asunto, se dispuso a hablar.

—Lucca, has estado extraño desde que llegamos ¿qué pasa?

Tomó sus manos porque aquello era algo que a ambos les ablandaba el corazón cuando esa barrera del orgullo impedía que quisiesen demostrar su sensibilidad; buscó sus ojos con los de ella, hasta que al fin el chico se decidió a mirarle, regalándole una sonrisa melancólica.

—Estoy algo preocupado—dijo mirándole fijo y acariciando con sus dedos las palmas de Cloe.

— ¿Qué te preocupa?... Volveré—aseguró ella, pegando una risita al pensar que eso podía ser lo que le inquietaba a su compañero.

—Lo sé, hermosa—calló y bajó la cabeza—eso no es lo que me angustia.

— ¿Entonces?—preguntó curiosa y con el ceño fruncido.

Vio cómo Lucca movía su cabeza con delicadeza para posar sus ojos en el castaño sentado en la banca del frente; estaba con su vista en el celular, indiferente a cualquier cosa que estuviese pasando entre la pareja.

— ¿Por Timothée?—se extrañó Cloe, aun sin poder comprender lo que quería decir.

Pero entonces captó, Lucca se sentía inseguro, estaba celoso. Aquello le sorprendió porque los celos nunca habían sido un tema en su relación, y las pocas veces que se vieron enfrascados en un problema de ese tipo lo habían solucionado hablando tranquilos, sin darle mayor importancia.

— ¿Estás celoso de Timothée?

—Es difícil no sentirse inseguro si te vas con un chico que parece un modelo sacado de una revista indie— bromeó Lucca, soltando una risa para quitarle peso a su confesión.