2

1K 112 9
                                    

-¿Te trajo Jimin?

-Sip

-¿Cómo esta Mi Suk?

-Está bien

-Salúdamela mañana

-Ella te manda saludos

-Muchas gracias

-¿Cenaste algo?

-Sí, compré comida cuando venía para acá

-¿Por qué compras comida cuando dejé preparado algo?

-Me dio pereza calentarla

Rodeé los ojos y reí.

La puerta de casa se abrió y mi querido hermano apareció.

-Ahí esta –dijo papá

-¿Me estaban buscando?

-Sí

-¿Para qué? -preguntó mientras se quitaba la chaqueta

-Ya es tarde –dije

-Na no estamos bajo la amenaza del ejercito violeta, Kayla –se acercó a mí y me dio un beso en la frente y después un saludo de manos que tenía con papá antes de tumbarse en el otro sofá para ver la Tv

-Lo sé, lo lamento... la costumbre

-No importa

Después de haber estado con mi padre y Kenan un rato en la sala viendo la televisión, todos nos fuimos a dormir, papá tenía que despertarse temprano para ir a trabajar y yo ya tenía sueño.

Mientras me arreglaba para ir a dormir, cada vez que pasaba cerca de mi ventana, volvía a tener esa sensación de que alguien me estuviera vigilando. Por eso, apagué las luces de mi habitación y me acerqué a la ventana para quitar la cortina sin que se notará mucho.

No había nada raro, el carro de papá, el carro de Kenan, los carros de todos los demás vecinos de la calle y nada más, nada fuera de lo normal.

No entiendo qué me pasa, no entiendo porqué de repente siento que me están vigilando. No creo que sea por el estrés de la escuela ni estrés de alguna otra cosa.

Terminé por convencerme de que eran solo cosas mías y me metí a la cama para dormir.

El fin de semana, papá, Kenan, Mi Suk y Jimin, fuimos al parque a un día de campo. Era común que todos nos juntaramos de esta forma para hacer una comida, lo cual me encanta, pero siempre recordaba a Scott y me hubiera gustado que él compartiera estos momentos con nosotros.

Mientras papá y Kenan preparaban la parrilla para azar la carne, Mi Suk, Jimin y yo estábamos en la mesa de madera sacando la comida de la cajuela de la camioneta para acomodarla.

Todo parecía ser un día perfecto. Preparamos carne asada y comimos muy bien mientras todos platicaban las buenas anécdotas que han tenido en el tiempo que hemos tenido viviendo una vida normal. Jugamos por un momento. Todo parecía ser perfecto... hasta que por un momento Jimin y Mi Suk se alejaron de nosotros porque ella quería ir un poco más adentro del parque que parecía más un bosque.

Mientras papá platicaba una de sus anécdotas de infancia y Kenan y yo escuchábamos atentamente, escuchamos el grito de Mi Suk.

Los tres nos levantamos de la mesa y comenzamos a correr hasta donde habíamos escuchado el grito.

Cuando llegamos a donde ellos dos estaban, nos encontramos a Jimin peleando con un hombre vestido de negro. Con un pantalón de mezclilla, sudadera, cubre bocas y gorra, todo de color negro.

La Resistencia El Fin (ParkJimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora