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Nos quedamos un momento en silencio, mirando cómo pasaban los pisos en la pantalla arriba de la puerta.

-¿Sigues molesto conmigo? –pregunté

-No lo sé

-¿Sirve de algo que te diga que yo te amo a ti?

-Tal vez

-Yo nunca te traicionaría, Jimin, y me duele que pienses que sí

-No pienso que me traicionarías

-¿Entonces?

-A veces me pregunto si yo soy suficiente para ti

-¿ah? –lo miré confundida -¿De qué hablas?

-Muchos chicos creen que eres linda, chicos mejores que yo, pero al final, me eliges a mi, siempre

-¿No quieres que lo haga?

-Claro que quiero

-¿Entonces?

-Eres más fuerte que yo, siento que solo te estorbo

-Jimin, me alaga mucho que pienses que soy más fuerte que tú, pero, pensándolo bien, soy más fuerte que cualquiera, bueno, mamá, Max y Lucas somos más fuertes que todos ustedes

-Lucas...

-Lucas es fuerte, aja, pero, no me interesa, no me gusta, es buen chico, es divertido, pero eso, nada más

Tomé su mano y entrelace mis dedos con los suyo.

-Me gustas mucho, demasiado. Pueden pasar mil chicos lindos frente a mí, pero siempre te elegiré a ti

-Ya no necesitas una hoja y un lápiz –sonrió

-He aprendido a demostrar mis sentimientos con palabras, un poco, aún sigo trabajando en eso

El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron.

-Sube

Se puso delante de mí para que subiera a su espalda y no lo pensé dos veces.

Caminó por el pasillo hasta mi habitación, donde tuvo que cerrar la puerta usándome, mi trasero, para empujar la puerta.

Caminó a la cama y me dejó sentada para después hacerme caer hacia atrás mientras clavaba sus manos sobre el colchón a los lados de mi cabeza.

-¿Ya no estas molesto?

-Un poco. Tendrás que trabajar duro para que ya no esté molesto

Levanté la cabeza y le di un beso en los labios.

-Tendrás que hacer un mejor trabajo que eso

Dejé mis manos en sus mejillas y acerqué su rostro al mío para poder besarlo. Deslice mis manos por los costados de su cuerpo hasta que llegué a su trasero, donde lo empuje con fuerza para que topara con mi cuerpo. Deslizo sus manos por debajo de mi cuerpo hasta dejarlas detrás de mis hombros y poder pegarse un poco más a mí.

Llevé mis manos por debajo de su camisa para deslizarlas a su espalda, y en ese momento mordí su labio haciéndolo soltar un gemido de sorpresa.

-Vas por buen camino –suspiró –sigue así

Presione su nuca para que bajará un poco más la cabeza y de ese modo poder besar su cuello.

Por la tarde noche y como siempre, me tocaba entrenar con mamá y los demás, pero... no me dejaron, me echaron del salón de entrenamientos, por lo que terminé yendo con papá para ver qué estaba haciendo y acompañarlo, no es que no me guste estar con papá, solamente que prefiero entrenar.

Pensé que sería diferente cuando llegara el momento de entrenar con Scott y Lucas, pero del mismo modo los dos me echaron del salón de entrenamientos.

-No te sientas mal -dijo Jimin al ver cómo no me dejaron entrenar con ellos -es por tu bien

-Lo sé, pero ya me siento bien

-Que te sientas bien, no quiere decir que tu cuerpo este del todo recuperado

-¿Hasta cuándo me van a dejar entrenar?

-El medico dijo que dentro de unas cuantas semanas

-¿Semanas?

-Y entre más duermas y descanses, más pronto podrás regresar

-No suena tan mal la idea de dormir, pero me desespera un poco

-¿No es mejor dormir que trabajar? -sonrió

-Siempre, pero ahora es un tanto como una pérdida de tiempo

-Tomatelo con calma

-Bien -sonreí y los dos subimos a la habitación para que yo pudiera descansar un poco.

Jimin

Por la mañana, después de darme un baño, fui al comedor para tomar mi desayuno. Kenan y Dean ya habían llegado, pero aún faltaban todos los demás.

Fui a la barra por mi comida, tomé un poco de jugo de naranja, panes tostados con huevo y aguacate y un café. Me senté, le di un trago a mi jugo y me preparé para darle una mordida a mi tostada, pero en ese momento Scott llegó apurado.

-Se está registrando una onda sonora de baja frecuencia, no saben de dónde provienen. Busquen a Kayla y los demás

-Iré por mamá -dijo Kenan

-Lucas -dijo Dean

Los tres salimos corriendo del comedor. Corrí por el pasillo camino a la habitación de ella. Abrí la puerta de golpe y me acerqué a su cama donde ella aún seguía acostada.

-Kayla -la moví un poco -¿Me escuchas? Kayla

No me respondía, por lo que la moví un poco más fuerte.

-Despierta, Kayla -pero no

No pensaba dejarla aquí, por eso la saqué de la cama y la tomé en brazos. Salí por el pasillo hasta la habitación de Mirelle.

-No despierta -dije

-Tampoco mamá -dijo Kenan

Mirelle estaba en la cama y Nikelai la estaba tratando de despertar.

Recosté a Kayla a un lado de su madre y salí detrás de Kenan camino a la habitación de Lucas, donde las cosas eran igual, Dean estaba tratando de despertarlo.

-Iré con Max -dijo Kenan

-Llevémoslo con Kayla

-Bien

Lo tomó de la cama y lo cargó como si fuera un costal de papas.

-Ve con Kenan y traigan a Max -me ordenó  

-Bien

Dejé que él se encargara de Lucas y salí corriendo a la habitación de Max.

-Lo mismo -dijo él en cuanto entré

-Llevémoslo con los demás, esto es el principio de un ataque -dije

En la habitación de los padres de Kayla, Lucas estaba recostado en uno de los sofás y Kenan quien cargaba a Max igual como un costal, lo dejó sobre una silla.

-Quedémonos aquí hasta que encuentren de dónde viene esa frecuencia -dijo Scott quien ya había llegado -debemos protegerlos -nos entregó a todos, incluso a mamá, chalecos antibalas y un arma

Todo estaba en silencio, no se escuchaban nada por los pasillos, pero eso solo me ponía más de nervios.

Dean y Scott estaban delante de la puerta, si disparaban del otro lado, ellos recibirían los primeros disparos. Las ventanas estaban protegidas con vidrios antibalas, por lo que era seguro estar cerca de ellas, pero afuera, no se veía nada. Había soldados de la OSI alertas y rondando por todos lados, listos para atacar, pero todo estaba muy tranquilo. 

La Resistencia El Fin (ParkJimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora