3

1K 97 12
                                    

(...)

-Oye -Jimin tomó mi mano -no me gusta que estés tan callada -íbamos caminando por la calle para ir a comer

-Lo siento, pero no puedo dejar de pensar en eso

-Ya no estamos en esa ciudad, las cosas son diferentes ahora y mucho mejor

Respiré profundo, cerré los ojos por un momento y me repetí a mí misma las palabras de Jimin.

Ya no estamos en ese infierno.

-Tienes razón, me estoy encerrando en mi paranoia, me estoy volviendo loca yo sola

-Yo no dije que te estuvieras volviendo loca

-Pero lo pensaste... olvidemos el tema, vayamos a comer y luego al cine

-Eso suena mejor -sonrió -quiero ver esa nueva película de terror que salió

-También yo, dicen que es muy buena

Dejar mi mente en blanco, esos es lo que debí de haber hecho desde hace tiempo y no llenar mi cabeza de ideas locas y de conspiraciones extrañas.

-¡Chicos! ¡Esperen!

Ambos nos detuvimos y nos giramos a ver quién venia. Era mi hermano que venía corriendo hacia nosotros.

-Kenan -dije -¿Qué haces aquí?

-Bueno, papá está trabajando, mis amigos salieron con sus novias y me quede solo

-ay hermano, deberías conseguir una chica

-Eso mismo pienso yo, pero, no hay chica que cumpla mis expectativas

-Lo siento, gran señor perfecto

Me dio un zape y me rodeo el cuello con su brazo para caminar junto con nosotros.

El restaurante al que íbamos estaba a tres cuadras de mi casa, por eso Kenan no llevaba su auto.

Justo cuando íbamos a cruzar la calle, dos camionetas negras se frenaron de golpe delante de nosotros. Jimin apretó mi mano y Kenan quito su brazo de mi cuello para quedar delante de los dos.

Tomé la mano de Kenan y apreté la de Jimin para hacerlos hacia atrás. Si las cosas se ponen mal, la persona con más probabilidades de pelear contra ellos era yo.

Dos hombres de cada camioneta, vestidos con uniformes militares bajaron y nos rodearon.

No era necesario esconderme, sabía perfectamente que ellos sabían quién era yo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No era necesario esconderme, sabía perfectamente que ellos sabían quién era yo. Por eso, cree esa clásica reja de color violeta alrededor de nosotros tres.

Un tercer hombre con un uniforme igual, bajó de la camioneta de atrás, de la segunda. Parecía tranquilo y parecía que no le sorprendía en absoluto mi poder.

La Resistencia El Fin (ParkJimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora