Que feo es cuando la persona que más amas es la persona más fría del mundo. Que feo es que le intentes demostrar tu amor y el te saque a patadas de su vida. Que feo es que tú seas la pobre indefensa presa de sus castigos y malas costumbres.
Vivir co...
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–Por favor, compórtate .–me dijo desde el auto
–Christopher, te he dicho que nunca fui mala alumna y no lo seré ahora .–le sonreí apoyándome en su ventanilla – Te quiero.
–También yo .–sonrió.– Paso por ti a la una .–avisó y besó mis labios.
–Hasta entonces .–dije y me alejé del auto.
Vi como Christopher comenzaba a marcharse y decidí que debía entrar. Acomodé mi bolso en mi hombro y caminé hasta la entrada. La campana no tardó en sonar y todos se movieron para entrar a los salones. A primera hora me tocaba, geografía y hacia ahi iba. Entré al salón y varias miradas se posaron en mí, sonreí levemente y me senté en una banca casi al final.
–Es nueva –dijo una voz a lo lejos. Se escuchó otro comentario y varias risas se hicieron notar.– No seas bobo, Max –le dijo una chica y rió.
Entró el profesor y todos se acomodaron en su lugar. Buscó con la mirada hasta que me vio sentada ahi.
–Nueva alumna .–dijo sonriente.– Ven aquí y presentate .–ordenó
Casi temblando, me puse de pie y tomé rumbo al frente de la clase. Todas las miradas se posaron en mí y ninguna parecía ser muy amigable. Tomé el aire y sonreí levemente. Susurros se escucharon segundos antes de que el profesor decidiera hablar.
–Cuando quieras .–dijo y asentí.
–Me llamo _______ Mateo .–comencé.– Tengo dieciséis años y cumplo los diecisiete la semana que viene. Soy de aquí, de Nueva York y comencé a venir aquí, tarde, por que estuve de viaje hasta la semana pasada.
–Oh, genial .–dijo el profesor y me sonrió.– Démosle la bienvenida a _______ Mateo .–dijo. Sonreí. Algunos aplaudieron y otros solo sonrieron.– Espero que se adapte bien al grupo. Puede tomar asiento.
En silencio me fui hacía mi banca mientras todos me observaban. No podía ser tan extraño que alguien fuera nuevo en un colegio, ¿O si? La puerta se abrió de golpe y un chico con aspecto peligroso, se adentro en la clase.
–Disculpe, no me arrancaba la moto –dijo y sin escuchar lo que el profesor le decía, buscó un asiento con la mirada.
*No por favor, no por favor, Dios, no. No podía ser el único asiento vacío, a mi derecha* pensé. Se puso a mi lado y me observó un momento, luego se sentó y acomodó su mochila al costado de una banca.
–Hola .–dijo. Trague saliva antes de responder.– ¿De dónde has salido?
–Soy nueva .–dijo secamente y observé al profesor que comenzaba a explicar.
–No me he dado cuenta .–dijo con sarcasmo y una leve sonrisa ocupó mis labios.– ¿Cómo te llamas? .–preguntó
