Capitulo -34 "No eres perfecto"

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Llegué hasta la puerta de la madera

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Llegué hasta la puerta de la madera. Mi corazón parecia una carrera hasta llegar a mi garganta. Dudé unos segundos antes de empujar la puerta que permanecia sin cerrojo. Di dos pasos y ya me encontraba dentro de la habitación. Suspiré, debia ser más valiente y no una simple niña asustada.
Cerré la puerta por donde había entrado y la manta cubriendo mis pies, me jugó una mala pasada haciendo que cayera duramente al suelo.

–¿Quién esta ahí?.–preguntó una voz adormilada y amago a encender la lámpara.

La electricidad se negó a aparecer en la habitación y Christopher se desesperó por eso. Comenzó a apretar el pequeño interruptor con notoria desesperación.

–Soy yo .–respondí con dolor en mi voz. Me acababa de dar un buen golpe entre la nariz y la barbilla. Mi boca sabia a sangre.

–¿______?.–preguntó alarmado.– ¿Qué haces aquí y qué fue ese ruido?.– preguntó sentándose en la cama

–Dolió .–le dije mientras me sentaba sobre el suelo y cruzaba mis pies, acto seguido, cubrí mis dedos helados con la manta.

–¿Te caíste?.–preguntó y segundos después sentí su presencia a mi lado.– Hey, nena, ven aquí .–dijo con ánimos y me envolvio en sus brazos.

Mi cuerpo se tensó y a los segundos se relajó sabiendo que estaba en buenas manos y nada podía ocurrirme. Estar entre sus fuertes brazos me hizo sentir protegida y todo el miedo se esfumó, dejándome tranquila junto a él.

–Me duele la barbilla .–me levanté. Se separó un poco de mi cuerpo y levantó mi barbilla.– Auuch, justo ahí.–dije quitando mi cara de sus manos. Chasqueó la lengua.

–Creo que no hay luz.–dijo más que acertando.– Y si no me equivoco, tr has lastimado la barbilla lo suficiente como para que estés sangrando.–dijo y se puso de pie. Extendió su mano y la tomé.– ¿Se puede saber que hacías?

–Tenia miedo.–admití. Antes de volver a estrecharlo en mis brazos. Sin pensarlo dos veces recibió mi abrazo y agradecí que lo hiciera, pues ya me estaba arrepintiendo de haberlo abrazado.

–Vamos a ver que pasa con la luz.–dijo besando mi frente y luego nos separamos.–¿Llueve?

–No lo se.–dije levantando la manta del suelo y al ponerme derecha me mareé

–¿Estas bien?.–preguntó preocupado cuando me afirmé en su hombro

–Si te digiera que si, estaria mintiendo.– dije con sinceridad

–Okay, quédate en la cama, iré a ver que pasó con la luz.–dijo

El miedo que antes se habia despedido de mi, volvió siniestramentente para quedarse. Mis manos sudorosas y temblorosas sobre el hombro de Christopher, se negaron s soltarse y Christopher lo notó.

La Bella y La Bestia (CV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora