Lemon Boy. [AizaBaku]

nobody wins

AIZAWA SHOTA.

Seguía sentado sobre aquel cómodo sillón bebiendo mi café mientras pensaba en lo tediosa que sería la ceremonia. Me levanté para dejar la taza en una orilla y dirigirme a mi computadora cuando fui interrumpido por el sonido de notificación en mi celular. Me acerqué para tomarlo y abrí mis ojos grandemente cuando leí el nombre. ¿Katsuki?

Katsuki Bakugo.

Aizawa Shota, ¿Jodido por la ceremonia?

Aizawa Shota.

Claro que no.

Katsuki Bakugo.

¿Qué tal tu nueva clase?

Aizawa Shota.

Patética, si vienes los conocerás.

Katsuki Bakugo.

Iré.
Bueno, adiós.

Realmente había sido extraño, sonreí como idiota un buen tiempo pues desde que todo acabó jamás me había enviado un mensaje por su propia cuenta.
Dejé el celular en el escritorio y prontamente comencé a cambiar mi ropa, pues los profesores debíamos estar listos una hora antes e igual faltaba poco para aquella ceremonia. Vestí un traje negro al igual que los zapatos junto a una corbata gris. Me adentré al baño de la oficina para peinar mi cabello hacia atrás y me afeité.

Lavé mis dientes y prontamente estuve listo. Mi cara no acompañaba la vestimenta pero bueno, es lo que hay. Salí a reunirme con los demás y esperamos a las clases, a mi clase.

Una vez que llegaron revisé que tuvieran sus papeles y sus trajes, felicite a un par por lo ordenados que se veían y me alejé rápidamente apoyando mi espalda en una pared, solo quedaba esperar a los héroes y prontamente podría comenzar ésta estupidez.

KATSUKI BAKUGO.

No podía creer que Aizawa realmente había contestado, corté la conversación debido al nerviosismo de no saber cómo reaccionar pues sabía que lo había dañado.
Suspiré mirando el reloj y bajé las escaleras hasta la habitación de Mina.

—Oye, ¿Aún no acabas?

—¡Tu traje está listo Bakugo!

Abrió un poco la puerta y solo vi su mano ofreciéndome la ropa, ni siquiera quería preguntar que significaba todo el alboroto que se escuchaba dentro. Lo tomé para dirigime al baño, lavé mis dientes, peiné mi cabello haciendo que me tapara el ojo derecho y me vestí mirándome al espejo durante un largo tiempo intentando verme ordenado, formal y maduro. El traje era completamente negro, incluyendo corbata y zapatos, lo único que llamaba la atención era que tenía una especie de "cola" larga y era de color rojo.