HISTORIA 3: AREK

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Él había nacido en una familia con escasos recursos. Nadie elige su destino al nacer, porque nadie decide nacer. Y Arek, si hubiera tenido la opción y la oportunidad de elegir su vida, no hubiera sido con la que le tocó.

Él no estaba triste por eso. No le deseaba a ninguna persona que sufriera como él. "Siempre recuerda de dónde vienes", le decía su padre con la esperanza de que Arek llegaría a lograr cosas grandes en la vida. "Todo lo que hagas hazlo bien: si eres profesor, sé el mejor profesor; si eres barrendero, sé el mejor barrendero", le repetía.

Arek y su familia vivían en la calle, en un callejón del que se habían adueñado y en donde se alimentaban de la comida que aventaba la gente. Su mayor lujo era cuando aventaban una botella de agua a medio tomar.

Algunos se apiadaban de ellos, algunos los criticaban y otros los ignoraban.

Su madre había muerto a la edad de cuarenta por una enfermedad que ellos desconocían. Arek no se lo tomó muy mal, pues no la recordaba. Pero sus cuatro hermanos, que habían pasado la mitad de su vida con ella, les dolía su recuerdo.

Su padre no les podía enseñar muchas cosas, y algunas cosas ya las había olvidado, pero él se esforzaba mucho y sus hijos podían ver este esfuerzo.

Cada día, los hijos se turnaban para ir a pedir dinero. Mientras que su papá se quedaba vigilando el callejón.

***

Arek se encontraba acurrucado entre muchas mantas y bolsas de basura cuando pasó aquel accidente. El accidente que marcaría su vida para siempre y con el que tendría que soñar cada noche; mientras él dormía sin tener nada que hacer, su hermano mayor, Lion, se sentó afuera de un supermercado cerca del callejón. Pedía dinero a cada persona que pasaba, algunos le daban y otros no. Sin embargo, siempre existe el chico que es un completo imbécil que no sabe diferenciar su cara de su trastero.

Aquel chico, un castaño fornido, se acercó a Lion y tomó un poco del dinero que había conseguido para luego, como si nada, caminar hacia el supermercado.

Lion lo miró mal al igual que la gente de su alrededor. "¿Qué te pasa, idiota?", "¿eres un imbécil o qué?", "pobre chico, ¿por qué hizo eso aquel hombre?", se escuchaba. Pero nadie hacía algo.

Lion, por el contrario, se levantó y ardiendo en ira golpeó al castaño. No esperaba una sonrisa o que le devolviera el dinero, pero por lo menos se habría desquitado con él.

El castaño, por su parte, se volteó con el ceño lleno de arrugas y empujó a Lion hasta que esté cayó al suelo. Lion era delgado, el castaño era fuerte, cualquier golpe que el hermano de Arek recibiera lo mataría.

El castaño se lanzó contra Lion y comenzó a golpearlo en la cara.

ー¡Devuelveme mi dinero! ーgritó sollozando Lion.

Pero el castaño no le iba a devolver su dinero. Y siguió golpeándolo en la cara hasta que el rostro de Lion ya no era reconocible. El castaño, entonces, golpeó sus costillas y una de estas se rompió.

ーMaldito pobre ーdijo el castaño.

Y la gente se juntó a su alrededor admirando como humillaban a un pobre. Viendo como un hombre sin honor golpeaba, hasta la muerte, a un pobre chico.

***

Ya era noche, a punto de ser las dos de la madrugada, y Lion aún no regresaba. Todos estaban preocupados. Arek tenía miedo. No quería esperarse lo peor porque pensaba que no sería probable. Pero, horas atrás, dos patrullas y una ambulancia se dirigieron a toda velocidad al supermercado. Arek los vio. Por un momento, el chico deseó ser sordo y ciego.

Y seguramente la muerte de Lion saldría en las noticias, pero Arek no lo sabría y tampoco su familia.

Con su mundo hecho pedazos, Arek admitió la verdad y se durmió. Y así, pasó un mes.

***

Arek había cumplido quince años. Él, después de la muerte de su hermano, había ocupado su lugar. Por lo que Arek ya no iba a pedir dinero una vez, si no que lo hacía dos veces.

Y fue en agosto cuando su vida, y la de su familia, dio un giro inesperado.

Arek era un chico atractivo, con ojos verdes y una tez apriñonada. Su cabello era café oscuro y tenía unos labios gruesos. Muchos pensaban que el podría llegar a ser un actor, pero nadie lo ayudaba. Lo malo de una sociedad tan egoísta...

Un día, mientras Arek pedía dinero afuera del supermercado, cuando era la hora de la comida y muchos pasaban a comprar cosas, un señor alto pasó al lado de él; aquel señor no se había percatado de la presencia de Arek y había pasado de largo. Sin embargo, cuando hubo terminado sus compras, salió y lo miró. Había decidido darle un poco de dinero, pero cuando este sacó un billete y Arek alzó su rostro para ver quién era la persona que le iba a dar dinero, el señor se encontró con un hermoso rostro. Uno atractivo y joven.

Arek miró el billete. El señor miró al chico. Y la cámara que colgaba del cuello del señor se alzó.

Viendo a través de la cámara al chico, el señor sonrió e hizo señas para que Arek se levantara. Pero no lo hizo.

ーLevántate ーdijo el hombreー. Puede que hoy sea el día en que tu vida cambie.

Pero Arek negó con la cabeza.

ーTengo familia ーcomentó el chico con voz temblorosaー. Ellos me necesitan y yo a ellos.

ー¿En dónde están? ーpreguntó el señor.

Arek tardó unos segundos en dar una respuesta.

ーEn... Allá ーrespondió Arek, señalando la ubicación de su hogar.

El hombre miró fijamente a Arek por un momento.

ーLlévame.

Arek tomó su dinero y guió al hombre con su familia. Estos, al ver a aquel señor, retrocedieron.

ーNo... Yo... Él es bueno ーcomentó Arek sin estar seguro.

El hombre saludó y se acercó.

ーHola. Mi nombre es Jay. Soy fotógrafo y busco chicos jóvenes. Su hijo tiene el aspecto adecuado. Él puede trabajar para mí.

El padre de Arek seguía dudando. No quería que su hijo trabajara lejos de él. No quería que trabajara.

ーNo. Él recoge dinero ーrespondió el padre.

ーSu hijo puede ganar dinero con nosotros. Les daremos comida, hogar... Todo lo que necesiten. Por favor.

Arek miró a su padre. Su padre miró a su hijo. Discutían con la mirada el futuro de la familia.

ーYo acepto ーdijo Arek.

ーPero...

ーPapá, admitelo, es un buen trabajo ーinterrumpió Liam.

ーPero...

ーSeñor... Por favor... ーrogó Jay.

El padre de Arek aún lo asimilada. Trataba de entender. Por un futuro mejor para él, para sus hijos y para el deseo muerto de su difunta pareja.

Y después de unos segundos, cuando comenzaba a comprender, accedió.

***

Pasados los meses, la cara de Arek aparecía en todas partes, nominado al mejor modelo joven del año. Y él y su familia vivían mejor: mejor aspecto, mejor vida, mejor salud.


FIN.

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