ᗷᏆᎢᎢᗴᖇᔑᗯᗴᗴᎢ // Billy Hargrove

The Loner And The Wolf

Lizzie

Llego a casa.

Todas las luces están apagadas.

Eso es bueno. Tal vez esta sea una noche tranquila.

Encajo la llave en la cerradura y trató de entrar a casa lo más silenciosa posible.

No hay ningún rastro de mi padre.

Ojalá todos los días fuesen así.

Llego a mi habitación y cierro la puerta. Si tuviese seguro, lo hubiese puesto. Lo hubiese puesto hace muchos años. Sin embargo debía agradecer de que tuviese una puerta al menos.

Me quito el uniforme del café y lo sustituyo por una camiseta y unos shorts deportivos. Me acuesto en la cama.

Cuando mi puerta emite un chirrido pretendo estar dormida. Ahora sé que no será una noche tranquila.

Siento que se acerca a mí. Mi cuerpo tiembla en una mezcla de terror y furia. Sus húmedos labios tocan mi frente.

-Te necesito, Mary... - susurra en mi cuello. Apesta a alcohol.

Lo odiaba.

Lo odiaba más que a nada.
......................................................................

Billy

- ¡Ella no es tu maldita hija! - grito golpeando la pared - Y ella jamás será mi madre.

Aquello hace que un nudo en la garganta me impida respirar, sin embargo subí a zancadas las escaleras hacia mi habitación. Sabía lo que pasaría si no alcanzaba la puerta antes que él. Y no iba a ser nada bonito.

- ¡BILLY! - lo escucho gritar - ¡Billy, abre la puerta!

Él forcejea unos minutos pero la puerta no logra abrirse.

Punto para mí.

Si había algo que odiase más que este pueblo, era sin duda mi padre.

Lo odiaba.

Y el sentimiento es mutuo.
......................................................................

Hay tres clases de personas durante todo el tiempo en la secundaria.

Están los que todos odian pero fingen adorar.

Los que quieren ser adorados y "pertenecer".

Y los que quieren pasar desapercibidos.

Nunca me pareció difícil encajar en Los Ángeles y aquí solo bastó que pisar a él lugar y todo el mundo estuvo a mis pies.

Fácil. Frío. Rápido.

Como tenía que ser.

Esta escuela tenía un nuevo rey.

Me gustaba como sonaba eso.

- Hey, Hargrove - ruedo los ojos al escuchar la voz de Tommy. Abro mi casillero y empiezo a sacar un par de libros de allí - ¿Cómo estuvo la... Camarera?

-Me hiciste perder el tiempo, niño - resoplo caminando hacia el laboratorio - No tiene nada en especial.

- ¡Vamos amigo! - ríe - Si tiene unos...

Antes de que hiciese un gesto asqueroso, típico en él, con sus manos, desvío mi mirada hacia la puerta. Aprieto mis puños con fuerza al ver una melena oscura desfilar sin problemas por los pasillos.

Al parecer la maestra llegaría tarde.

Hora de un poco de caos.

Salgo rápidamente del aula dejando a Tom Hagan con la palabra en el pico mas al llegar al pasillo, ella ya había desaparecido. Como si de un maldito fantasma se tratase.