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SEIS MESES DESPUES:

Singto sostenia las manos de Krist arriba de su cabeza mientras disfrutaba de besarlo y rozar sus cuerpos desnudos.
Krist gemia con cada toque que su esposo le daba.
Disfrutaba sentir la lengua de Singto en su cuello y su clavicula mientras viajaba a sus duros pezones.
Sus manos acariciaban la espalda del hombre arriba suyo apretando de vez en cuando su trasero.
Krist adoraba como su esposo le hacia el amor. Era dulce y gentil pero a la vez era rudo.

A Singto le fascinaba el cuerpo de su marido, era perfecto. Le encantaba tocar cada espacio de su cuerpo, tomarse su tiempo, disfrutarlo.
Ambos eran un mar de gemidos y sudor por la intensa actividad.
Tenian tiempo de sobra para disfrutarse. Y era lo que tenian pensado hacer sin saber que fuera de ese departamento los esperaba el cruel destino.

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Un documento llegó a manos de Singto donde le notificaba que su padre pedia la custodia total de sus hijos.
Singto, indignado, golpeó la mesa con el puño arrugando el documento.
Totalmente furioso tomó sus llaves y su cartera y salió del departamento dejando a su esposo solo quien estaba en la cocina preparando la cena sin saber nada de lo que pasaba.

Fuertes golpes en la puerta quitaron a Krist de la cocina. Caminaba hacia la entrada mientras limpiaba sus manos con el delantal atado a su cintura. Una sonrisa se dibujaba en sus labios creyendo que a quien veria tras esa puerta seria a su esposo, ya que no estaba en la mesa del comedor ni habia salido de la habitacion cuando escucho los golpes en la puerta, y como le encanta jugarle esas bromas que, cuando abre la puerta salta a su cuello repartiendo besos por doquier, daba por hecho que era él.

Pero lo que jamas se espero fué encontrar a esa persona allí parada sonriendo ironicamente.
La sonrisa de Krist desapareció transformandose en un rostro completamente palido por el miedo. Su cuerpo comenzó a temblar, al igual que sus labios, por lo que solo pudo decir una palabra.

-- tú...--

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Singto entró furioso a la residencia de su padre quien estaba sentado en su comodo sillon bebiendo un wisky sobresaltandose al ver a su hijo en ese estado.

--que sucede hijo, por que estas así?--

-- eres un maldito desgraciado... y todavia lo preguntas?--

-- que? Como vas a hablarle asi a tu padre? Ten mas respeto!--

-- respeto? Que respeto puedo tenerte si tratas de quitarme a mis hijos? Dime!!--

-- Que dices Singto? Que tu madre y yo querramos llevarlos de vacaciones unos dias no es quitartelos pero si tanto problemas tienes con eso, bien podrias haber...--

-- De que vacaciones me estas hablando!? Yo te hablo de esto!!--

Singto entregó el documento a su padre quien lo tomó y leyó rapidamente. Con el seño fruncido miró extrañado a su hijo.

--Singto...yo no mande esto--

-- todavia lo niegas?--

-- hijo.. jamas podria hacerte algo así. No se de quien sea esta broma pero no es nada graciosa.--

-- papá.. es un documento, tiene todos tus datos,me acaba de llegar, como puede ser una broma?!--

-- hijo te digo que yo no....como? Dices que este documento te acaba de llegar?--

-- si. Que tiene?--

-- Singto... no te resulta extraño que un documento te llegué un domingo a las siete de la tarde?--

-- yyo...nno..no lo sé..--

-- hijo, todo documento es entregado en dias y horarios habiles y tu tienes que recibirlo en persona para firmar la entrega...lo sabias?--

-- nno..--

-- alguien te esta jugando una mala broma--

-- pero...quien me haria eso papá? Quien se meteria con mis hijos sabiendo que te vendria a buscar enseguida?--

-- no lo sé hijo... alguien que te queria aquí en este momento--

-- quien?--

-- no lo sé Singto!--

-- mejor llamo a Krist. Debe estar preocupado.--

Singto sacó su telefono y marco a su esposo. El tono de llamada sonó y sonó pero nadie respondió.
Volvió a marcar sin obtener respuesta nuevamente.

-- que raro, Krist no contesta. Por lo general me responde al sengundo timbrazo--

-- Singto algo no esta bien--

-- a que te refieres papá?--

-- creo que deberiamos ir rapidamente a tu departamento.--

-- por que lo dices? No me asustes--

-- creo que la persona que te envió este documento no lo hizo para que estuvieras aquí sino para que no estuvieras allí--

Ambos se miraron seriamente y salieron corriendo hacia el auto de Singto.

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VECINOS INFIELESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora