Tragos suaves
Me condenan
Su palpitar lejano me desespera
«¿Cuán bajo podrías caer por amor?»
Me dije
Y la respuesta no ha sido hallada
Aún no sé hasta dónde.
«Dame una mirada,
Dame una sonrisa,
Dame tus palabras,
Dame del aire que respiras,
Damelo todo,
O no, ya no me des nada,
Dame lo que tu alma diga,
Pero no...
No te vayas de mi vida.»
«Aunque tu presencia esté de lejos,
Oh, alma mía,
Pero no me desampares,
Ni de noche ni de día,
Y hasta el día de mi muerte,
Amén.»
Porque se volvió mi religión cuando me sostuvo por primera vez la mano.
¿Me he vuelto parte del pasado?
Tengo miedo a convertirme en un espectro
Realmente alucino con mi muerte
Pero no en un fantasma del recuerdo.
He sido humillada tantas veces por el desprecio
Pero quiero seguir siendo de su propiedad
Cueste lo que cueste
¿Qué enfermedad es la que lleva directo al vacío de la mente?
El corazón puede hacer estragos sin permitir pensar claro
Me pregunto
¿Si es por él?
¿O si así llevo años?
¿La cordura es parte del ego?
¿El ego es parte de la cordura?
¿Hasta dónde es sano buscarle?
¿Hasta dónde es sano humillarme?
No puedo dormir por las preguntas
No puedo dormir por los recuerdos
No puedo dormir sabiendo...
Sabiendo que ya no soy parte de él.
«Sé mi amigo por favor,
Compartamos sándwich de queso,
Otra vez,
Otra vez como en los viejos tiempos,
Comamos chocolate,
Comamos caramelos,
Y si se da la oportunidad,
Comámonos a besos.»
No discuto mis dobles intenciones,
Podemos volver a lo que éramos,
Podemos volver a cualquier cosa,
Podemos hacer de lo nuestro nada,
Un encuentro casual,
Fortuito,
Sin afectos,
Y poco a poco se volverá infinito.
Quiero permitirme seducirle
Permitirme hablarle
Permitirme su amistad
Permitirme un beso con miedo al rechazo
No importa
Ya no me importa.
Y si caemos en un trance mejor
Y si caemos en el desespero mejor
Y si caemos en un éxtasis mejor
Yo lo quiero todo
Todo lo que nazca de él.
