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Decidimos regresar al puente, por el cual Kinro y Ginro no nos dejaban pasar.

— Cinabrio, también conocido como la piedra filosofal — explicó Senku — sale mucho en Dragon Quest, la calientas y le pones mercurio

— Hagan lo que quieran fuera de la aldea, pero si dan un paso en el puente los mataré — habló Kinro con severidad

Sonreí — préstame tu lanza — le dije al castaño, este no la soltó así que mientras yo sostenía un extremo este sostenía el otro — No inhales el humo, morirás — terminé diciendo en el paso final

Resultó en una lanza dorada.

— ¿De qué sirve esta hechicería? — preguntó

— La verdad de nada — respondí — pero tu nombre es oro, ¿no?

— Espero que no intenten comprarme con esta hechicería, no servirá — siguió hablando Kinro

Maldición.

Después de chocar puños con Chrome y Senku regresamos al "refugio científico"

— Son medicinas — habló Senku examinando unas cosas que había encima del estante

— Sí, no sabía si funcionarían o no. Las probé en mi cuerpo y seleccioné las buenas, reuniré de todo si ayuda a Ruri. Por eso me hice hechicero

— Eso es muy tierno — susurré para mí misma

— Senku, _______ — dijo Chrome — ¿No hay alguna hechicería que pueda salvarla? ¿Alguna ciencia?

— Eso depende de su enfermedad — respondió Senku — pero en este mundo de piedra... Chrome, deberíamos contarte todo. Todo hace 3700 años, antes de que el mundo colapsara.

— Sí eh... encárgate tú — le dije a Senku antes de salir despavorida de la choza

Desde que este mundo de piedra comenzó solo había tenido una sola cosa en la mente tan importante como la ciencia misma. ¡El maldito y asqueroso periodo!

Cuando estábamos solo Senku y Taiju y me venían esos días normalmente lo que hacía era alejarme lo más posible de ellos.
¿Sabían que el algodón crece en suelos ricos en sal? Pues bueno, era muy útil en estos momentos. Tenía un poco guardado y lo usaba cada vez que era necesario. Como ahora.

Ahora es muy necesario.

El problema no es la sangre — bueno sí es un problema — pero otro mucho más grave es el dolor. ¿Entienden eso? Nunca entenderé qué clase de pacto con Satán hicieron las chicas a las que les viene sin dolor.

Regresé a la choza una vez estuve lista... bueno a medias porque aun me dolía de los mil demonios. Senku estaba contándole a Chrome todo sobre el mundo antes de la petrificación. Este se notaba muy emocionado

— ¿Por qué lloras? — pregunto al verlo tan afectado

— ¡No estoy llorando! ¿Quién causó la petrificación? ¿Cómo pudimos perder eso? Cuando toda la gente pasó miles de años haciendo una civilización tan increíble. Todo desapareció en un parpadeo ¡Es tan frustrante!

— No desapareció, idiota. Todo está aquí — respondió Senku — la humanidad no se rendirá tan fácilmente. Los dos millones de historia de la humanidad, están aquí y en ti también ¿no es así?

— Senku, _______. Haré un país científico con ustedes y curaré la enfermedad de Ruri, Senku dijiste que había una manera científica de salvarla

— Sí, haremos lo mejor medicina de la ciencia — respondió él — antibióticos

Lo miré con asombro, esa sería una tarea complicada.

Después de esa pequeña charla fuimos a dormir. No, miento. Yo solo me retorcí de dolor al menos hasta altas horas de la madrugada. Cuando tenía que salir a atender ese asunto lejos de los chicos.

— ¿A dónde fuiste? — preguntó Senku cuando regresé, estaba acostado y Chrome también estaba por ahí, podía escuchar sus ronquidos

— Cosas que no te incumben — respondí irritada. No necesitaba sus preguntas, ya tenía demasiado con haber nacido mujer. Si ya lo pasaba mal aún con toda la tecnología que había hace 3700 años, ahora la pasaba diez mil millones por ciento peor. Era un asco

— Segundona, ten — dijo Senku dándome una pequeña taza, la cual contenía un líquido extraño — te ayudará con el dolor. Duérmete, me irritas

Decidí no responder, a pesar de ser una molestia andante. Siempre se preocupaba por mí en esos días. Quería creer que era porque de una u otra manera a él también le afectaba al estar tanto tiempo de su día conmigo. Íbamos en el mismo salón de clases y al mismo club extracurricular por las tardes así que gran parte del día la pasábamos juntos, al menos hace 3700 años.

Bebí el contenido de la taza, ¿infusión de orégano?

Dejé la taza de lado esperando que la infusión haga efecto, tardaría un tiempo así que decidí acostarme de una vez. Aún así no parada de dar vueltas tratando de encontrar una posición cómoda en la cual no sienta tanto dolor.

— Ya duérmete — dijo Senku desde la oscuridad

— Me duele, idiota — respondí queriendo golpearlo

— Eres insufrible — respondió poniéndose de pie y saliendo de la choza

¿Pensaba dormir afuera? No entiendo como Chrome sigue durmiendo como bebé, supongo que tiene el sueño muy pesado. A los minutos regresó Senku, qlgo en las manos. No se distinguía muy bien en la oscuridad

— Cállate — dijo mientras se acerba a a mí — usa esto y por favor déjame dormir

Al dármelo pude saber qué era, una compresa caliente. Supongo que con arroz caliente adentro. No tenía idea de cómo había conseguido esto en la edad de piedra pero se lo agradecía infinitamente.

Pude dormir un poco mejor esa noche.

A New World [Senku y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora