A New World [Senku y Tú]

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Ambos miramos con incredulidad a Chrome cuando gritó "Momotaro"

— ¿No conoces Dragon Quest o Moster Hunter pero sí a Momotaro? ¿Quién te lo enseñó? — preguntó Senku con sorpresa

— ¿Tú también sabes de Momotaro? — respondió Chrome

— Ruri nos habló de él — dijo Suika, ay qué ternura

— Ahora que lo pienso, ¿cómo saben de los gorilas? — siguió indagando Senku — ¿hay por aquí?

— Nunca he visto uno — dice Kohaku

— Pero hay uno en Momotaro — responde Chrome

Crucé miradas con Senku, él me miró con intriga. ¿Cómo saben ellos de este tipo de cosas?

— ¿No le daba un biki dango para ser amigos? Hay un oso, un león, un gorila y un cocodrilo

— ¡¿Qué clase de Momotaro malote es ese?! — exclamó Senku interrumpiendo a Chrome

El que debió ser pionero en esta aldea probablemente les contó acerca de todo eso. Es interesante cómo perduraron con los años.

— Ruri también me contaba todo tipo de historias — dijo Kohaku — Ahora que lo pienso también me enseñó palabras complicadas

— Empieza a interesarme esa chica — dijo Senku con una sonrisa — de verdad tenemos que curarla

— ¿Cómo que te interesa, Senku? ¿A qué te refieres? — preguntó Chrome con un poco de sorpresa

— No te la va a quitar, calma — dije poniendo mi mano sobre su hombro — quiere preguntarle cómo sabe esas cosas de nuestra época

— Senku, ________ — nos llamó kohaku, hablando en susurros — parece que a Chrome le gusta Ruri

Estallé en risas. Ya lo había intuido pero era gracioso que lo confirmaran, más aún el hecho de que se puso celoso de Senku. Ay Dios, es Senku, probablemente termine casado con la ciencia o algo por el estilo.

A menos que Ruri sea la chica que le gusta. Bueno lo que es diez mil millones por ciento improbable porque nunca la ha visto. ¿Qué rayos estoy pensando?

— Con que eso era — habló él

— Sí, parece un niño — respondió Kohaku — pero es tierno lo lento que es

Al cabo de unos minutos nos pusimos a recolectar arena de hierro de nuevo.

— ¡Senku! — exclamé cerca de él

— ¿Qué? — dijo con poco interés

Lo tomé de las manos y comencé a bailar ya que llevábamos un buen rato en silencio y se había tornado un poco incómoda la situación.

— ¡Mi dulce niña! ¡Nanana! ¡Tú eres mi vida! ¡Nanana! — canté en español

Cuando íbamos en la escuela hacia eso muy a menudo en el laboratorio, normalmente cuando llevábamos mucho tiempo en silencio.

— ¿Por qué es que seguimos siendo amigos? — preguntó Senku sonriendo, aún así trataba de seguirme como podía. Arrastré a el resto también a este momento improvisado para aliviar un poco el ambiente, los chicos no entendían qué era lo que cantaba.

Solía escuchar mucho esa canción porque mamá hablaba a la perfección el español y siempre la cantaba por la casa. Era divertido porque solía hacer lo mismo que acabo de hacer con los chicos.

— ¿Esto es otra ciencia? — preguntó Kohaku

— Relájate un poco, tenemos el resto de la mañana para recolectar la arena de hierro — terminé de decir mientras tarareaba