• S E I S •

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- Suéltame idiota ¿Qué no sabes quién soy?

- Una niña malcriada seguro.

- Estás loco suelta mí brazo ahora mismo sino quieres morir.

El alfa se burló y siguió arrastrando a la Omega. Ella estaba furiosa, pero sobre todo tenia miedo, ¿porqué nadie estaba haciendo algo para ayudarla? era cruel que el alfa la culpara por un pequeño incidente.

- Puedes callarte un momento. Tienes que limpiar lo que tiraste sobre mí ropa.

Wendy no había querido seguirlo para ayudarlo, pero después de que por su culpa había ensuciado y avergonzando al alfa frente a muchos invitados, no tenía otra opción más que obedecer, pero eso no justificaba que la arrastrará con fuerza. Quizás ese era el porque nadie estaba haciendo nada para ayudarla. Había estado tan concentrada buscado al alfa JongDae para poder hablar con el, que inútilmente terminó chocando con una omega y esta la había empujado haciendo que cayera sobre el alfa, quien cayó sobre una mesa de comida. Aún no comprendía cómo se había equivocado de esa manera, como había sido tan torpe de no anticipar la caída y ahora por un maldito error estaba siguiendo al alfa. Wendy estaba bajo mucha presión y que ambos se alejaran cada vez más de la gente del pueblo no ayudaba a qué se calmara en nada.

- Lo siento en serio, yo puedo pagarle por la ropa - era la quita vez que lo decía e insistía en recompensarlo.

- No me hace falta tu dinero, pero si quieres puedes pagar con algo más - aquella insinuación descolocó a Wendy, prefería ser golpeada antes de aceptar tal cosa. El aroma del alfa estaba liberándose muy rápido, en solo instantes se encontraba rodeada por ellas. Cubrió su nariz para no sentirlas, pero estaba siendo casi inútil, las cosas estaban empeorando y estaba segura que no duraría mucho aguantando la respiración y menos resistir a ellas. Estaba aterrada.

- ¡Oye! - ambos giraron hacia la voz, la oscuridad escondía su rostro - Sueltala sino quieres una flecha clavada entre tus piernas.

La amenaza por parte del extraño arquero había dado sus frutos pues el alfa soltó al instante sus manos, pero permaneció cerca suyo.

- ¿Quién eres? - gritó el alfa con furia, pero en respuesta recibió una flecha muy cerca a sus pies.

- ¿Todavía no te vas? La próxima daré en el blanco.

Wendy miró sorprendida la escena y más cuando el alfa parecía furioso por ella, marchandose sin antes entregarle una feroz mirada que transmitía todo menos simpatía. Cuando el alfa se fue, el extraño arquero cubierto con un gran capa negra se acercó a ella.

- ¿Estás bien? no te hizo nada.

- ¿Qué? No, no, yo estoy bien - Wendy respondió en medio del aturdimiento, sin embargo quedó más sorprendida por la persona frente a ella que por lo que el alfa había tratado de hacer.

Wendy había imaginado que era un alfa quien la había ayudado, pero ahora que lo veía de cerca claramente se trataba de un Omega y uno muy hermoso según ella. ¿Cómo alguien podía verse así de perfecto? es lo único que podía pensar Wendy. Los cabellos negros, labios rosas, hacían que su piel nivea y blanca resaltará más su belleza, acompañado de esos hermosos ojos grises que la deslumbraron. ¿Cómo es que nunca había oído de el, o tan siquiera verlo? Omegas de ese tipo eran muy famosos en el pueblo. De seguro su alfa era alguien muy importante, no podía imaginar a otra persona para semejante belleza.

La omega estaba tan distraída apreciando la belleza del otro que no se percató de la tristeza que cargaba su mirada, no hasta que él volvió a hablarle.

- Lo siento, pero que me preguntaste - estaba muerta de vergüenza, se había perdido en un mar de pensamientos que no no había prestado atención a las palabras del Omega.

Los Ojos del Alfa《ChenMin》#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora