Búsqueda

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Capítulo 18 – Búsqueda

El personal de la estación se encargó de encontrar a Aisaka, los alumnos de todos los salones estaban preocupados por lo que le pudo haber sucedido.

Aiko estaba llorando junto a Nishimura.

–¡Lo siento! –Exclamó con lágrimas en los ojos– ¡Todo esto es mi culpa!

–Está bien, Aiko. Seguro aparece –Kaori trató de calmar a su amiga.

–¡No!, ¡Es mi culpa! –Sollozó la contraria –¡Yo comencé esta estúpida pelea!, ¡Me enojé por una tontería enorme y ahora quién sabe si volveremos a ver a Taiga!

–No te preocupes, todo estará bien –La pelimagenta abrazó a Aiko.

–Si encontramos a Aisaka, le pediré perdón mil veces. Pero también me debo de disculpar contigo.

La peliverde correspondió al abrazó y llorando dijo:

–¡No sé qué me pasó!, ¡Me sentía celosa, no debí hacerlo!

Un silencio de pocos segundos se hizo entre ellas, hasta que Kaori dijo:

–Te perdono, amiga.

Mientras tanto, Ryuuji observaba la tormenta de nieve desde la ventana.

–Takasu, tranquilo. La encontrarán –Le dijo Yusaku.

Kushieda llegó, con la ropa de esquiar puesta.

–Vaya tormenta –Dijo.

–Kushieda, ¿Y esa ropa? –Preguntó el peliverde.

–Voy a buscarla –Minori se puso las gafas de nieve.

–¿Eres tonta?, ¡Te perderás! –Le reclamó Kitamura-kun.

–¡No puedo quedarme aquí sin hacer nada! Vuelvo enseguida, solo quiero buscar en los lugares en donde estuvimos.

–Voy contigo –Le dijo su novio.

–¿Tú también? –Yusaku no podía creer lo idiotas que eran– Entonces yo también voy.

Kaori, que escuchó toda la conversación, se paró decidida.

–Iré también.

–¿¡Qué!? –Se paró Aiko de golpe– ¡Yo también iré!

–No –Le dijo Nishimura– Tú te quedarás aquí, a salvo.

–¡Pero...! –Aiko fue interrumpida.

–Encontraré a Taiga, y llegaré sana y salva, confía en mí –Prometió su amiga.

La ojiverde asintió, abrazó a Kaori y se despidió.

Los cuatro chicos salieron, difícilmente veían entre la nieve. Gritaban el nombre de la castaña, estaban muy preocupados.

De repente, encontraron algo: había una reja que daba a una bajada empinada. La reja estaba rota, por lo que el grupo sospechó que Taiga había caído por ahí.

Ryuuji fue el que bajó, apenas podía ver su camino por la tormenta.

La dejé sola otra vez –Pensó– Siempre ha estado a mi lado y nunca me di cuenta.

Entonces la encontró, encontró su cuerpo cubierto de nieve, tenía sangre en su cara.

–¡Taiga, resiste! –gritó.

La cargó en su espalda, causando que le costara más trabajo caminar y salir de allí.

–¿Ryuuji?

Takasu se dio cuenta de que Aisaka se despertó.

–¿Kitamura-kun? Pensé que eras Ryuuji –Dijo la ojimarrón adormilada– Ryuuji me salvaría en un momento como este.

El peliazul no dijo nada, quería que piense que era Yusaku.

–Kitamura-kun, ¿Sabes? –Continuó Taiga– La bendición del "Dios de los corazones rotos" no funcionó. El deseo que pedí no se hizo realidad.

Takasu estaba confundido, ¿De qué deseo hablaba?

–No puedo dejar de amar a Kaori –Dijo finalmente. 

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Mi pequeña tigresa (Taiga Aisaka fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora