Mi pequeña tigresa (Taiga Aisaka fanfic)

Las estrellas están lejos

Capítulo 13 – Las estrellas están lejos

Un mes después del festival, Kaori se encontraba alegre yendo a la escuela.

Aunque su alegría duró hasta que vio al vicepresidente con el pelo descolorido forcejeando por salir de los brazos del director.

Kitamura tuvo que ser enviado a su oficina, donde le preguntaron el porqué de su cabello, pero él no respondió nada.

Les preguntaron a sus mejores amigos: Kawashima, Takasu y Sumire Kano, pero ninguno de los tres peliazules supo que contestar.

También le preguntaron a su hermana, pero al igual que los otros, no tenía ni idea.

–Por más que le pregunté hoy en la mañana no me quiso decir –Dijo Aiko a Kaori a la hora del almuerzo.

–Escuché que ya no será el vicepresidente –Dijo Nishimura

–Me lo dijo, pero no me explicó el porqué.

–Estoy algo preocupada –Le confesó la ojimagenta– Él me cae bien

Al día siguiente Yusaku entró a la casa de los Takasu sin avisar, Taiga y Ryuuji les prepararon la cena (aunque se quemó) y jugaron videojuegos hasta la madrugada.

Kitamura-kun se quedó dormido. Como Aisaka quería helado, fue con el ojiazul a la tienda por un poco.

–En verdad soy una inútil –Dijo Taiga mientras iban a la tienda –Solo pensaba en mi misma.

Takasu se le quedó viendo, ¿Qué quería decir su amiga?

–No podía ver el sufrimiento de Kitamura-kun ni lo triste que estaba – Continuó– Realmente soy una inútil.

–No eres inútil –Le dijo Ryuuji

–¡Lo soy! –No pude ayudar a Kitamura-kun, nunca puedo ayudar a nadie.

Aisaka estaba llorando. Solo tenía la mirada baja al piso.

Ryuuji le dijo que mirara a las estrellas, parecían estar muy cerca de otras, pero en realidad se mantenían muy lejos.

Taiga se maravilló por lo hermosas que eran, eso hizo que dejara de llorar.

Compraron el helado y regresaron a la casa, pero escucharon unos gritos desde adentro.

Takasu abrió rápidamente la puerta, encontrándose con Aiko gritándole a Yusaku

–¡Eres un imbécil! –Exclamó– ¡Te he estado buscando durante todo el día!

–¡Hermana, no me grites!

–¡No me cambies el tema! –Siguió– ¡No te puedes escapar de la casa así nada más!

Aiko hizo una pausa cuando se dio cuenta de que Taiga y Ryuuji estaban en la entrada.

–¡Kitamura-chan! –Dijeron ambos al unisono

–¡Ustedes! –Dijo Aiko– ¿¡Por qué no me dijeron que Yusaku está aquí!?

–¡No sabíamos que lo buscabas! –Se excusó Takasu

–¡Y tú! –Dijo Kitamura-chan volviéndose a su hermano– ¡Vamos a casa, ahora!

–¡No!, ¡No iré a casa!

–¿¡Por qué no!?

–¡Porque no se me da la gana!

–¿¡Por qué estás actuando tan raro!?

El peliazul y la castaña solo se quedaban viendo la escena atónitos, jamás habían visto a los hermanos Kitamura pelearse así.

–¿¡No lo entiendes!? –Dijo Aiko con lágrimas en los ojos– ¡Estoy preocupada por ti!, ¡Papá y mamá están preocupados por ti!, ¡Incluso Taiga y Ryuuji están preocupados por ti!!

La peliverde se cayó al piso de rodillas sollozando.

–¡Pero a ti no te importa!

Aiko se quedó llorando en el suelo mientras los demás la miraban.

–Hermanita –Dijo Kitamura-kun– Lo siento, no quería hacerte llorar.

–¡Solo quiero que me digas que es lo que sucede! –Aiko abrazó a su hermano

–Supongo que les debo unas explicaciones.

Los cuatro adolescentes se arrodillaron frente a la mesa, con la jaula de Inko-chan en el centro.

–Estoy enamorado de la presidenta –Dijo Yusaku

Los otros tres soltaron un sonido de exclamación, no se esperaban eso.

–Sé que es algo patético, por eso me lo guardé –Continuó

–Escuché que la semana que viene se va a estudiar a estados unidos.

–Dice que quiere ser astronauta, un profesor de una academia astronáutica la aceptó.

–Impresionante –Dijo Taiga

–Pero yo no sabía nada de eso, incluso, pensaba confesarme una vez que fuera presidente. Pero cuando yo lo haga, ella ya se habrá ido.

–¡Qué triste! –Dijo Aisaka

–Me pregunté si valía la pena convertirse en presidente, y después de pensarlo decidí renunciar.

–Las cosas nunca son como queremos –Dijo Ryuuji

Aiko estaba sin palabras.

La mañana había llegado, los chicos se habíanquedado dormidos en el piso, después de que Yasuko, la mamá de Ryuuji, los sacara de la casa, ellos decidieron ir a un lugar de juego de béisbol, en dondese divirtieron como si nada hubiese pasado.

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