Caminando por el prado, como siempre me encontré con Terrens.
Era una tarde de invierno y quiso acompañarme a mis entrenamientos. Su mamá constantemente le reprendía porque pasaba mucho tiempo conmigo, pero él siempre se escapaba para verme; la verdad es que me encantaba tener compañía mientras entrenaba y él era muy agradable, además de que era de mi edad y me comprendía en casi todos los aspectos.
Clein solía ausentarse de un tiempo a la fecha, sentía que se estaba concentrando en otras cosas más importantes pero nunca me contaba lo que hacía, era mi mentor, mi asesor y la persona encargada de criarme, claro, también mi protector y la persona que me proporcionaba alimento y sustento, bueno, o por lo menos en teoría de eso se encargaba, ya que las señoras lambisconas de la aldea procuraban darme todas las atenciones a cambio de que hablara bien de ellas con él, pobres ilusas, nunca se daban por vencidas, una vez incluso la señora Fregerns me tomo de la mano en el mercado y me llevo a comprar fruta pidiéndome que le dijera mamá, fue increíblemente raro, pero bueno, me dio manzanas y no tuve que decir nada.
- Ahí! creo que no eres muy buena en el arco, se supone que debes atinar a la diana, deberías lanzar un conjuro de visión mejorada o mejor puntería, igual uno de mayor concentración te serviría más, si en la siguiente ronda lo logras, yo preparo las limonadas.-
Conocí a Terrens el día en que cambie, un momento terrible y con la peor presentación que alguien puede tener en la vida.
-Pues si tan bueno eres, entonces deberías protegerte a ti y a tu familia, presumido-
-No seas tonta, te ayudo a entrenar porque necesito que la servidumbre sepa hacer bien su trabajo-
Ambos soltamos una carcajada llena de afecto y simpatía.
Muchas veces entendíamos que el estrés y la angustia que sentíamos era por el peso de nuestras responsabilidades.
Yo ya sabía que tenía que hacerme cargo de su familia y entrenar muy duro para poder enfrentar a los Onix en caso que fuera necesario, por su parte, él aún no sabía qué cosa era o porque motivo pero tenía una gran responsabilidad en cuanto a la fortuna que le había heredado su tío, que por alguna razón (además del apellido) me sonaba muy familiar, pero también sentía que tenía que tener mucha preparación para no fallar, ya que le inculcaron que era algo más importante que un simple objeto, su madre decía que era algo simbólico muy poderoso que a su tiempo conocería, en cuanto a mis responsabilidades Clein me decía exactamente lo mismo, parecía a veces un discurso ensayado, pero justo por esas cosas era que Terrens y yo nos llevábamos tan bien, porque ambos soportábamos una gran carga que nadie nos quería o podía explicar, en el fondo nos aterraba fallar e intentábamos apoyarnos para aligerar nuestra pesada carga.
Aún recuerdo el día de mi iniciación, uno de los días más traumáticos que puedo tener en mi memoria.
Estaba como siempre, sola, exactamente una hora o dos hacía que Clein había salido.
De un momento a otro sentí que mi cuerpo se adormecía, me faltaba el aire y creí que moriría asfixiada, me costaba inhalar, el aire se sentía espeso, era una frustración indescriptible la que experimentaba, estaba a punto de desmayarme, lograba sentir como el corazón se expandía y contraía como loco dentro de mi pecho, intentaba bombear toda la sangre posible, posiblemente porque los pulmones estaban colapsando, veía borroso y por más que luche contra todas esas sensaciones, no lograba normalizar mi respiración ni mi pulso. Después de unos segundos, que me parecieron una eternidad, mi cuerpo comenzó a hormiguear y a quemar, mi vista se oscureció y sentí que cada hueso se volvía de papel y se quebraba, mi cabeza estaba a punto de estallar y para terminar con mi sufrimiento comencé a experimentar una especie de comezón en la cabeza como si tuviera infestado de animales ponzoñosos y todos estuvieran caminando entre las hebras de mi cabello, pero lo más agobiante no era la sensación de los animales en mi cabeza sino la desquiciante comezón que no podía controlar, ya que no podía moverme por el dolor que me provocaba en los huesos, por un momento creí que me estaba volviendo loca.
Fue aterrador, pasaron varios minutos, calculo que aproximadamente 40, pero no estoy segura, pudieron ser más o menos, no estaba en pleno uso de mis facultades mentales.
No recuerdo haberme dormido o desmayado ya que desde antes mi vista se había oscurecido, pero entré en un sueño profundo y negro muy extraño.
-Princesa, abre los ojos, perdóname, no debí dejarte sola, sabía que esto pasaría, cuanto lo siento, mi amor por favor reacciona-
Al abrir los ojos estaba ahí mi querido Clein, abrazándome, viéndome preocupado, con sus hermosos ojos grises que tanto me encantaban, fue increíblemente extraño, veía una extraña luz alrededor suyo y al abrir la boca para responder no salió absolutamente ningún sonido y en su lugar me produjo una dolorosa molestia.
-¡Que alivio princesa! En serio que jamás me acostumbrare a ver una famosa iniciación, que gran penuria, no te esfuerces en hablar, por el momento cada célula de tu organismo fue por decirlo de algún modo, reacomodada para poder percibir el flujo de la magia y que fueras capaz de emplearla, tu piel ahora siente la magia, tus huesos concentran y canalizan energía y tus órganos obtienen nutrientes de la misma, dejaras de envejecer al ritmo de los mortales y comenzarás a desarrollar mejor tus habilidades de combate.-
Eran demasiadas explicaciones solo para decirme que todo me iba a doler y que de momento no podría hablar, pero bueno, fue interesante el dato que tan amablemente me otorgó a final de cuentas mi mentor.
-Estaba en búsqueda de algo de comer pero no tuve mucho éxito porque recibí un llamado de mi clan, por lo que tuve que ausentarme de mis cuidados para contigo y justo ahora me da mucha pena, pero tengo otro llamado de los ancianos de tu clan, hace unos instantes lograron sentir tu cambio y están ansiosos por proporcionarte tu rutina de responsabilidades, menudos hombres tan... arg, solo buscan excusas para holgazanear y deslindarse de cualquier carga, pero bueno, te prometo tardar lo mínimo, traeré algo que puedas comer.-
Me dejó en mi cama me acurrucó entre las sábanas y me dio un beso en la frente mientras al retirarse acariciaba mi mejilla con cariño y aprecio en su mirada.
Cuando Clein regresó, lo hizo con un muchacho, parecía de mi edad, delgado, con ojos grandes y de color azul centelleante, cabello rojizo y piel clara, tenía muchas pecas en el rostro, era simpático, pero se notaba cohibido y muy malhumorado, extrañamente él no tenía el aura resplandeciente que desprendía Clein.
-Listo princesa, te traje comida para que te nutras, debes estar muriendo de hambre-
A decir verdad, no me había percatado de eso hasta que lo mencionó, y no fue hasta ese momento que sentí como mi estómago gruñía frustrado, se pudo escuchar el lamento de hambre por la habitación dejándonos a todos los presentes atónitos, el niño me miró con los ojos como platos, no pude soportar la vergüenza y tape mi cara con la almohada. Entonces escuche sus risas y solo logré asomar un ojo para observarlos reír muy afablemente.
-No creo que con eso deba contestarle algo más amigo- Pronunció cálidamente a quien después conocería como Terrens.
Me miró con sus profundos ojos claros y cuando nuestras miradas se cruzaron, pude darme cuenta que era él a quien yo debía proteger a toda costa.
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Sasha
FantasíaTodo empieza porque el ser humano, como siempre, planea crear una raza superior que libre sus batallas, esta raza debe ser tan fuerte como las criaturas mágicas llamadas Liex. Pero todo sale mal y dos razas, Onix y Goliat son resultado de sus falli...