Cuando Rita salía, las hermanas aprovechaban para explorar los rincones de la casa que la abuela les había prohibido. El lugar estaba lleno de innumerables tesoros, algunos eran curiosos, otros tenían mucho valor, la mayoría eran completamente inútiles y un puñado parecían peligrosos.
Lo que más les gustaba visitar era un cuarto en particular, al que llamaban "La Sala de los Secretos". Su nombre se debía a que era el único de toda la casa que estaba cerrado con llave. Rita nunca hablaba de lo que había allí adentro. Aunque una tarde, mientras la abuela dormía sentada en su sillón favorito, Melina se había metido en su dormitorio y había encontrado las llaves en un cajón de la mesa de luz.
Ese día, como todos los Miércoles en los que la abuela las dejaba solas en la casa por poco más de una hora, las hermanas abrieron la puerta de la sala de los secretos y una vez más entraron en busca de objetos misteriosos.
En otras expediciones ya habían encontrado una pluma que se suponía que escribía con tinta invisible (Aunque nunca lograron corroborar si escribía o no), una Rana de Cristal y una Cajita que no pudieron descubrir para que servía o si contenía algo en su interior, ya que cada vez que la tocaban les daba electricidad.
Esa tarde, Lyna miraba con curiosidad una muñequita de cerámica que se dividía a la mitad y en su interior guardaba otra muñequita, cuando su hermana la llamo.
-Ly, vení, tenemos que probar esto -Dijo Meli en voz alta mientras desempolvaba algo que, a simple vista, parecía una canasta. Aunque enseguida advirtieron que se trataba de una pequeña catapulta, en la cual se podía poner objetos no muy grandes y dispararlos.
-¡Es genial, vamos a probarla! -Dijo Melina mientras buscaba entre el desorden algún objeto que pudiera ser arrojado.
-¡Acá! -Grito Lyna, y levanto de un rincón una pequeña Pelota de Golf casi hecha pedazos -.
Vamos al jardín a lanzarla.Meli tomo la pelota y empezó a inspeccionar el aparato mientras caminaba. Lyna y el Señor Pato iban tras ella.
De pronto, los dedos de Melina se resbalaron y la catapulta se disparó, con tanta mala suerte que la pelota dio contra uno de los jarrones que decoraban el salón de la abuela. El ruido del objeto al estallar en pedazos hizo que los tres se asustaran: Lyna y Melina ahogaron un grito, y el patito huyo del lugar aterrado.
-¡La abuela nos va a matar! -Grito Lyna agarrándose la cabeza y dando vueltas como loca.
-¿Qué hacemos? ¿Cómo lo arreglamos? ¡Si se da cuenta, tal vez nos mande de nuevo para casa!
-Dijo con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas.Mientras Lyna solía perder el control ante situaciones de ese estilo, Melina se mantenía más calmada. Si bien tenía miedo y sus manos temblaban por los nervios, intentaba concentrarse en cómo solucionar el problema en lugar de pensar en cómo reaccionaría su abuela. Observo con cuidado las piezas para ver como podía rearmar el jarrón. Lyna seguía girando con las manos en la cabeza. Si bien intentaba ocultarlo, estaba enojada con su hermana: por su culpa ambas podían estar en problemas.
-Deberíamos juntar los pedazos e intentar pegarlos uno por uno. -Dijo Melina-.
-Sí, pero eso nos llevaría días, y ¡Solo tenemos media hora para encontrar una solución antes de que vuelva!-Ok, entonces juntamos las partes y las escondemos en nuestra habitación. Y como el jarrón era cuadrado, podemos hacer una réplica en cartón hasta que este arreglado el original. -Dijo Meli pensativa, mientras recogía los restos-. Si, sí, eso tenemos que hacer.
-Me encantaría que ese plan realmente pudiera funcionar, pero la abuela no va a tardar ni un día en darse cuenta de que el jarrón es falso. -Respondió Lyna, desanimada-. No hay muchas opciones: o hacemos uno falso o confesamos que lo rompimos... Creo que en este caso tendríamos que decirle la verdad, aunque nos quiera matar.
-¿Te volviste loca? -Grito Melina-. ¿Cómo le vamos a decir que lo rompimos?
-¡Es que lo rompimos Meli! -Respondió su hermana-. Voy a ayudarte a levantar las partes antes de que el Señor Pato las pise y se lastime. -Dijo Lyna un poco más calmada, mientras buscaba por todos lados a su mascota. ¿Dónde se había metido? Reviso cada rincón, pero el Señor Pato no aparecía.
-¡El Señor Pato Meli! ¿Dónde está el Señor Pato? -Grito desesperada.Continuara...
Autor del libro original: Evelyn Vallejos (Lyna)
Fecha de Publicación: Octubre 2018
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Una Familia Anormal: En Busca del Tesoro de Minuca
AdventureLyna y Melina van a pasar las vacaciones a casa de su abuela Rita y como se aburren fácilmente, se dedican a explorar los rincones secretos de la casa. Un día el Señor Pato desaparece y cuando lo encuentran, encuentran también un cofre con instrucci...