-¿Bichitos? -Dijo Lyna mientras se arrodillaba junto a su abuela.
Al ver lo que había del otro lado, retrocedió unos pasos y se cubrió la boca con las manos, como si estuviera ahogando un grito.
-¿Cómo vamos a pasar a través de eso?
Al otro lado del muro había una inmensa sala con una puerta al final. Pero el camino para llegar hasta allí no era fácil: la habitación estaba custodiada por tres arañas del doble del tamaño de una persona normal, que no paraban de caminar con sus largas y peludas patas en todas las direcciones.
Melina se asomó y analizo el lugar. Había una estrecha pasarela que iba desde el hueco en la pared hasta la puerta del otro lado. A los costados, en el suelo, había dos grandes placas de madera. Se podía ver desde lejos que no eran muy estables, ya que, con cada pisada de las bestias, se hundían levemente. Muy cerca de la puerta había un gran botón rojo.
-Tal vez estos bichos sean amistosos y no nos hagan nada, ¿No? -Dijo esperanzada Melina, aunque sin creer que eso fuera realmente posible.
-Fíjate, querida. Cruzá el agujero y si seguís viva, vamos detrás tuyo -Se rio la anciana.Melina frunció el ceño y Rita, al notar que nadie se reía de su chiste, se puso seria y miro para otro lado, como haciéndose la distraída.
-Hay un botón en el suelo, ¿Para qué será?
-Pregunto Lyna-. Si se fijan bien, parece que esas placas pueden caerse en cualquier momento... Tal vez el botón las abre o... no sé.
-Para saber qué hace el botón, deberíamos llegar al otro lado -Intervino su hermana-. ¿Cómo vamos a hacer?-¡Ya lo sé! -Grito Lyna, entusiasmada-. ¡Este es el momento en el que aparece un auto volador y nos salva de las arañas gigantes!
-¿De qué hablás, M'hijita? -Le pregunto la abuela Rita-. Creo que estuviste viendo muchas películas últimamente... Cuando volvamos a casa no te voy a dejar ver la televisión por un tiempo -Dijo, mientras Melina reía por lo bajo.
Decidieron tomarse un descanso para comer algo mientras pensaban como superar la prueba. El ruido constante de las arañas al otro lado del grueso muro era como una cuenta regresiva.
-¡No puede ser que no se me haya ocurrido antes! -Dijo Melina mientras buscaba enérgicamente algo en su mochila-. ¡Acá esta! -Exclamo, mientras sacaba un pequeño disfraz de araña.
-¿Qué es eso? -Pregunto Lyna.
-¡Es para el Pato! Lo había comprado para asustarte y pensé que con esto de la búsqueda del tesoro se iba a dar alguna ocasión, pero me olvidé de lo que había traído.Lyna empezó a ponerse nerviosa.
-Espero que no estés pensando en usar al Señor Pato para cruzar con ese disf...
Pero ya era tarde, porque Melina le había puesto el traje a la mascota, que graznaba y correteaba feliz por la sala.
-Es la única forma, Lynita, a ustedes no les entraría el traje -Intervino Rita-. Y a mí me dan asco las arañas, ni loca me meto ahí adentro -Agrego, mientras le daba pequeños empujoncitos al Pato para llevarlo poco a poco hacia el hoyo de la pared.
-Pero, ¡¿Y si le pasa algo?! -Exclamo Lyna, entrando en pánico. Temía que el plan fracasara y su mascota saliera lastimada.
Continuara...
Autor del libro original: Evelyn Vallejos (Lyna)
Fecha de Publicación: Octubre 2018
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Una Familia Anormal: En Busca del Tesoro de Minuca
AventureLyna y Melina van a pasar las vacaciones a casa de su abuela Rita y como se aburren fácilmente, se dedican a explorar los rincones secretos de la casa. Un día el Señor Pato desaparece y cuando lo encuentran, encuentran también un cofre con instrucci...